Durante el breve interrogatorio al que le ha sometido el fiscal Anticorrupción Alejandro Luzón, ha señalado que durante los seis años en los que fue consejero de la caja -entre septiembre de 2003 y noviembre de 2009-, sólo efectuó gastos con la tarjeta durante el último año y medio.
En ese tiempo, sólo la empleó para celebrar almuerzos y cenas en restaurantes propiedad de Arturo Fernández, con empresarios de Madrid y de otras regiones, pero ha enfatizado que únicamente reconoce la mitad de lo que se le atribuye.
Se trataba de "comidas con empresarios, fundamentalmente de Madrid pero también de otras comunidades españolas", en una época, los años en los que él formo parte del consejo, en los que Caja Madrid "tenía un balance en crecimiento, sin duda alguna por la magnífica gestión de su presidente, Miguel Blesa, y sus directivos".
Durante su declaración, Arturo Fernández ha relatado que Díaz Ferrán era un cliente "de toda la vida, que consumía en la cadena", donde hacía "muchas reuniones de trabajo", y ha explicado que entregaba a cuenta de su facturación unas cantidades fijas que luego se liquidaban.
En concreto, las hojas de cálculo excel aportadas por Bankia al proceso revelaron que el expresidente de Marsans gastó más de 45.000 euros, casi siempre en pagos redondos de 1.800 euros, y otras veces de 1.600 o 1.200 euros en restaurantes del grupo Cantoblanco y otros propiedad de Fernández, como Edelweiss o Hispano Bar Buffet. Sobre esto, Díaz Ferrán ha alabado la "elegancia" de Fernández, ya que "casi siempre le pagaba por detrás y le debía dinero, esa es la realidad".
Por lo que respecta a las hojas de excel aportadas por Bankia con el detalle de los desembolsos de los consejeros, según Díaz Ferrán figuran cargos "que no he hecho" y otros aparecen duplicados, al tiempo que ha puntualizado que es posible que no figuren gastos que sí efectuó; asimismo, no ha querido reconocer tampoco algún apunte relativo a unas compras en unos grandes almacenes, cuya veracidad ha negado rotundamente. "La hoja excel sólo sirve para que en televisión digan que me he comprado una mesa", ha añadido, tras reiterar que impugna "todos los gastos que no son de restauración, y la mitad de los que así se consideran".
Asimismo, ha asegurado que de encontrarse en la situación previa a la de la debacle empresarial sufrida tras la quiebra de Marsans, "hubiera devuelto todas las cantidades, porque ni éstas ni ninguna otra me compensa estar aquí", aunque ha señalado que "desgraciadamente no tengo ninguna posibilidad económica, porque tanto mi mujer como yo estamos en concurso de acreedores personal".