Los bancos dueños de los cajeros serán los que fijen las tarifas, pero no cobrarán directamente al no cliente que saque dinero, sino que será el banco emisor de la tarjeta. Este no podrá aumentar el coste a sus usuarios y decidirá si cobra toda la cantidad o sólo una parte.
El ciudadano será finalmente el que acepte o no la tasa estipulada. El ministro de Economía, Luis de Guindos, subraya que se da seguridad a los consumidores con esta medida.
"Con el nuevo modelo se evita que al ciudadano se le pueda cobrar una doble comisión. Se minimizará el coste para el usuario y las comisiones serán más reducidas que las que tenemos actualmente", ha afirmado De Guindos.
El decreto ley entrará en vigor mañana sábadodespués de su publicación en el BOE, pero la medida es temporal, hasta enero, hasta que el sistema financiero decida cómo se cobra.