España alcanza con un 20,17%, duplicando la media de la Eurozona y registrando el peor dato de miseria registrado en treinta años. De entre todos los países desarrollados, sólo Brasil y Turquía le superan con peores indicadores en esta fórmula, que combina la tasa de desempleo y la inflación.
La inflación se ha convertido en la amenaza más seria para la economía española. Los precios subieron un 5,6% interanual en noviembre, según el indicador adelantado del IPC publicado por el INE este lunes. Un incremento que no solo pone en juego la recuperación de las empresas y compromete el poder adquisitivo de los ciudadanos, sino que también sacude las cuentas del Estado.
Las subidas de precio en la electricidad y el combustible han influido negativamente en la tasa de inflación
En el resultado de la tasa de inflación han tenido un peso fundamental las significativas subidas del precio de la electricidad, que durante todo este año 2021 han batido día a día todos sus récords hasta superar la barrera de los 300 euros por megavatio como ocurrió a principios de octubre y parece que volverá a ocurrir en plena ola de frío.
También el combustible se encuentra en precios de récord, la gasolina supera los 1,5 euros por litro a la hora de repostar.
La mayoría de gastos públicos están ligados a la inflación. Entre ellos las pensiones contributivas, que subirán en 2022 un 2,5% con la nueva fórmula de revalorización recogida en el proyecto de ley de reforma de las pensiones, en la que se tiene en cuenta el IPC interanual promedio de doce meses desde noviembre.
A ello se une un desempleo elevado, que pese a reducirse notablemente en los últimos meses se situó en el 14,57% en el tercer trimestre, convirtiéndose en el país que ocupa la primera posición de todo el ranking.