El Gobierno saca la bandera blanca después de duras tensiones entre los socios de Gobierno por la reforma labora. Este pasado martes el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, se reunió con las vicepresidentas primera y segunda, Nadia Calviño y Yolanda Díaz respectivamente, y han llegado a un acuerdo en el que ambas partes se comprometen a "derogar la reforma laboral de 2012", siendo esta la principal exigencia de la ministra de Trabajo durante las últimas semanas.
Así, han firmado un compromiso de conseguir, antes de que finalice 2021, "una legislación laboral moderna que revise los desequilibrios de la reforma de 2012 y deje atrás los problemas estructurales de nuestro mercado de trabajo, continuando con la senda que ya hemos iniciado con la derogación del artículo 52.d que permitía el despido por baja médica, los reglamentos de igualdad, los ERTE, la Ley Rider o el Trabajo a distancia".
Los socios de Gobierno han emitido un comunicado en el que establecen las líneas de actuación para las próximas semanas de negociación, como por ejemplo, regirse a los términos estipulados en el acuerdo de coalición y el Plan de Recuperación enviado a la Comisión Europea. Del mismo modo, buscarán el acuerdo con los agentes sociales, patronal y sindicatos, como garantía de que la reforma sea "duradera".
Los objetivos del Gobierno para "modernizar" el mercado laboral
Los puntos que han suscitado más polémicas entre Díaz y Calviño son la temporalidad, la subcontratación, la ultraactividad y los convenios sectoriales.
La ministra de Asuntos Económicos apuesta por simplificar los contratos y dar flexibilidad al mercado, mientras que la responsable de Trabajo apuesta por limitar la temporalidad, cambiar los despidos por reducciones de jornada o dar prevalencia a los convenios sectoriales frente a los de empresa.
¿Qué posturas defienden Díaz y Calviño?
Los objetivos que se pretenden conseguir son los mismos, aunque difieren en la forma en la que llegar a ellos. Uno de los ejemplos es acabar con la temporalidad, uno de los grandes problemas del mercado laboral en España, teniendo en cuenta que el 25% de contratos son de ese tipo, 10 puntos por encima de la media europea.
La patronal se ha opuesto frontalmente a los planteamientos de Díaz como acabar con la ultraactividad, es decir, la vigencia de convenios caducados, porque consideran que en un momento delicado como este, se debe priorizar la flexibilidad para no perjudicar la economía. Sin embargo, los sindicatos señalan que los puntos que están sobre la mesa deben modificarse porque son responsables de las condiciones laborales de los trabajadores.
Noviembre, mes clave para las negociaciones
Una vez que han superado el primer bache y han determinado que la reforma laboral del PP se va a "derogar", los socios de Gobierno deben comenzar a negociar. Los socialistas ya aceptaron que sea la líder de la formación morada sea la persona que esté al frente de esta mesa, siempre y cuando hubiera ministros del PSOE.
Noviembre se presenta como un mes complicado para el Gobierno porque deberán conseguir unificar posturas tras el choque de trenes previo y sacar adelante la nueva normativa en materia laboral.