Las subidas de los tipos de interés que se vienen produciendo en el último año, con el consecuente encarecimiento de las hipotecas, han provocado que, a estas alturas y a falta de conocer los datos de cierre en 2023, las familias españolas tengan que destinar el 40% de sus ingresos brutos anuales al pago de la vivienda.
Unas cifras que no han dejado de crecer desde 2016, cuando el esfuerzo de las familias españolas se situaba en el 30% de sus ingresos. Sin embargo, la escasa evolución de los salarios y la subida de los tipos de interés y el crecimiento del euríbor han provocado que se necesiten, a día de hoy, siete años y medio de salario bruto para poder comprar una casa.
No es la primera vez que el esfuerzo para adquirir una vivienda se sitúa en unos niveles muy elevados. Y es que, por ejemplo, si se toma como referencia la serie histórica, a principios de los años 90, el esfuerzo de las familias se llegó a situar en el 72% de la renta anual, mientras que, en 2008, la crisis económica por el estallido de la burbuja inmobiliaria situó esta cifra en el 55%.
Los próximos tres meses son claves para conocer la evolución de las hipotecas
La gran duda es poder determinar si ese esfuerzo de las familias seguirá creciendo o nos encontramos ante un escenario de estabilización, sobre todo, teniendo en cuenta la bajada del euríbor del mes pasado que podría marcar una tendencia en el posible abaratamiento de las hipotecas.
Para Carlos Balado, profesor de OBS Business School y director de Eurocofin, hasta dentro de tres meses no tendremos más datos para poder analizar a fondo una adecuada evolución de la inflación, porque no está previsto que hasta esa fecha, los Bancos Centrales adopten ninguna decisión. “La gran duda que existe es cuando empezarán a bajar los tipos de interés, pero lo que está claro, es que la tendencia es hacia la baja, porque los datos demuestran que la inflación se ha controlado”, afirma Balado, quien además añade que el escenario más previsible es que los tipos vayan descendiendo y, por lo tanto, el esfuerzo para adquirir una vivienda se mantenga en torno al 40%.
El problema de fondo: precios muy elevados y salarios que no crecen
El profesor Balado señala que existen dos cuestiones que determinan este incremento de los precios en la vivienda. Por un lado, "la gran disparidad que existe entre la oferta y la demanda frente a unos salarios que no crecen al mismo nivel que el coste de la vivienda" un escenario que provoca un “claro desfase”.
En un reciente informe publicado por OBS Business School indica como ejemplo que para poder pagar 1.500 euros al mes de hipoteca y que el esfuerzo sea el 30% de la renta (un porcentaje recomendado por todos los expertos) esa persona o familia tendría que percibir un salario neto de, al menos, 4.500 euros al mes. Esa es la teoría, pero la realidad, es que, en España, sólo 900.000 personas cuentan con esa capacidad de ingresos para poder endeudarse a esos niveles.
Otra de las cuestiones determinantes que condiciona los elevados precios del sector, es que se crean 200.000 hogares al año, el mercado sólo es capaz de generar a día de hoy 100.000 viviendas de obra nueva. "Que la oferta esté por debajo de la demanda hace que se tensionen los precios en el mercado y en consecuencia, esto afecte también a los precios del alquiler", explica Carlos Balado. Y es que, en estos momentos, la oferta de vivienda sigue siendo muy limitada e insuficiente en relación con la demanda estructural por la creación de nuevos hogares.