La temporalidad y la reforma laboral siguen en un pulso constante. Las distintas modalidades del fijo discontinuo y sobre todo, la cifra que hay detrás de los inactivos sigue causando discordia entre los partidos y expertos económicos. Porque ni los datos de afiliación se la Seguridad Social, ni los mensuales del SEPE, ni los trimestrales de la EPA consiguen, de momento, resolver todas las dudas.
El último estudio de Fedea expone que en 2022 se hubo más de 1,42 millones de fijos discontinuos: 753.000 activos y 731.000 inactivos. Pero teniendo en cuenta que entre los inactivos hay personas que pueden estar activas en otro contrato, la cifra de inactivos real, la de aquellas personas que están desempleadas o paradas, asciende a 518.000. 518.000 fijos discontinuos inactivos en el 22.
La reforma laboral ha conseguido una reducción sustancial de la temporalidad contractual, ahora toca evaluar sus efectos sobre la temporalidad real
La realidad es que muchos contratos duran menos. Pueden indefinidos sí, pero de una hora, un día o incluso solo una semana. La mayor rotación durante el año se da en los sectores de hostelería y turismo y educación, que es donde se concentra la creación de este tipo de contratos. Y resulta que son sectores complementarios porque en la temporada de mayores altas en el sector turístico es cuando se producen las mayores bajas entre profesores y docentes y viceversa.
La tendencia de creación de estos contratos se mantiene en 2023, según Fedea. Se firmaron los mismos fijos discontinuos que en el año anterior y no hubo variación en los afiliados, pero costó más crear un empleo de este tipo. En 2022 hacían falta 6 contratos y en 2023 unos 10.
Aumentan los pluriempleados y los que rompen su contrato
Tener más de un trabajo ya no es algo raro. De esos 1,42 millones de personas que tuvieron un contrato fijo discontinuo en 2022, el 27% tuvo además otro empleo. Es decir, 377.000 trabajadores eran pluriempleados. Y es que el número de fijos discontinuos que tenían más de un trabajo se multiplicó por cuatro entre enero y diciembre del 22.
En las causas por las que se rompe la relación con este contrato se podría ver reflejada la temporalidad y en ocasiones la precariedad. Más del 22% de las relaciones laborales entre empresas y trabajadores de este tipo terminaron antes de que finalizara 2022 por abandono voluntario del empleado o por despido. Concretamente, el 49,7% se debió a dimisiones.
Si miramos por edades, el colectivo donde se crean más contratos fijos discontinuos es entre los jóvenes. La proporción de entre 16-24 años se triplicó en el 2022 y llegó al 22% del total. Un colectivo que se caracteriza por sus mayores tasas de inactividad y de ruptura de los contratos por abandono voluntario. "Igual hemos forzado la máquina haciendo indefinidos" como señala Florentino Felgueroso de Fedea: "Pensemos en casos. Un joven que trabaja en verano para ganar algo de dinero y ahorrar pero en realidad está estudiando ingeniería". En septiembre terminaría su contrato y a lo mejor al año siguiente no estaría ni interesado en trabajar en lo mismo porque ya es ingeniero. "Quería un trabajo temporal pero ha sido más barato hacer un fijo discontinuo".
La reforma laboral sujeta a cambios
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada cree que la reforma laboral puede estar sujeta a cambios. Como señalan en el estudio: "Se debería reflexionar sobre la conveniencia de recuperar la indemnización por cese en forma de indemnización por fin de llamamiento como manera de obligar a las empresas a internalizar el coste de la rotación. Y habrá que analizar también los posibles efectos de fijar la indemnización por despido en términos de la antigüedad en la empresa sobre la duración de los emparejamientos, esto es, ver si las empresas están recortando esta duración para evitar indemnizaciones más elevadas".