Con la reforma de la protección por desempleo sobre la mesa, conviene revisar la realidad del paro en España; con datos que tenemos a la vista y otros, quizá más relevantes, que no están tan “a mano”. La Fundación BBVA y el IVIE, Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, ha realizado el estudio “El coste social del desempleo” que revela con datos demoledores como por ejemplo que los parados de larga duración --- personas en desempleo 2 años o más---- superan ya el 40% del total. De ellos, solo 700.000 cobran algún subsidio y además, 1,2 millones de parados no tiene ayuda alguna.
EL 30% de los parados soporta el 90% del coste social del desempleo
Este análisis resalta que el 30% de los parados soporta el 90% del coste social del desempleo, medido como la pérdida de bienestar que genera la falta de trabajo por ausencia o merma de rentas prolongadas en el tiempo. Y el perfil de ese 30% está claramente definido. Es el de una mujer mayor de 45 años que lleva más de dos años en paro, con nivel educativo medio-bajo, que no cobra ninguna prestación.
Personas que tienen serias dificultades para volver al mercado laboral, si es que alguna vez estuvieron dentro, y olvidados por las políticas públicas. Desempleadas que han sido progresivamente marginadas a las que cada vez les constará más encontrar un empleo.
La duración del empleo y del desempleo determinan la realidad social
A estas personas va destinada esta reforma en la que trabaja el gobierno pero según apunta uno de los autores del estudio, en conversación con Onda Cero, Antonio Villar, hay otros colectivos que no figuran en la estadística, a los que nadie considera desempleados, que prácticamente deberían tenerse en cuenta como tal; son los desanimados que querrían trabajar pero ya ni siquiera buscan un empleo, los trabajadores a tiempo parcial involuntario que querrían trabajar más tiempo pero no puede o los empleados con un contrato fijo discontinuo, que también aspiran a un empleo indefinido ordinario a jornada completa pero deben conformarse con esta nueva modalidad contractual.
Es una bolsa de personas a las que no se considera como desempleadas con una realidad social compleja y serias dificultades para sobrevivir pero que no figuran en los planes de reinserción o políticas activas de empleo. Asegura Villar que tanto en Estados Unidos como en Europa se está empezando a incorporar el término de la duración del empleo para tener un análisis más adecuado del mercado laboral a la hora de diseñar las políticas correctas y sobre todo de ver si las que ya se han adoptado, están funcionando o no.