En 2007 había más de 45.000 millones en la hucha de las pensiones, pero desde entonces se ha vaciado a tal ritmo que terminará 2016 con un colchón de apenas 13.000 millones, y en 2017 la hucha estaría en números rojos.
Con la crisis caen en picado los ingresos del Estado: menos empleo, menos cotizaciones. Además, la población sigue envejeciendo, hay más pensionistas a los que pagar y con pensiones más caras, por lo que se desequilibran los pilares que sostienen el sistema
Para tapar este agujero los expertos barajan desde pensiones más bajas, a volver a subir la edad de jubilación o impuestos para equilibrar ingresos y gastos en la hucha de las pensiones.
Desde 2007 hasta ahora hemos pasado de 7.300.000 pensionistas a 8.500.000. Hace diez años los jubilados cobraban de media casi 680 euros, hoy se superan los 900, lo que supone que cada mes el Estado gaste 3.000 millones de euros más que hace una década.
Además, ahora la gente vive hasta los 95 años, lo que son 30 años cobrando una pensión. Hay quienes apuestan por ampliar los años de cotización necesarios para cobrar la pensión, y otros apuestan por trabajar más tiempo.
El Gobierno reconoce en el documento que envió a Bruselas el pasado sábado que las reservas se están reduciendo, pero en su opinión no llegaremos a tocar los números rojos.
El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, prevé que a mitad de 2017, España habrá recuperado ya los niveles de renta previos a la crisis.