Los negociadores del Gobierno griego viajan este sábado a Bruselas para reunirse con representantes del presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, con el fin de tratar de desbloquear las conversaciones sobre el rescate, según han informado fuentes comunitarias.
La delegación griega tiene intención de presentar a Juncker una nueva contraoferta en materia de ajustes y reformas, después de que las anteriores hayan sido rechazadas por los acreedores por insuficientes, según informa la prensa helena. Atenas sostiene que las dos partes están más cerca que nunca de un acuerdo y que las diferencias se limitan a 0,25 puntos de superávit primario.
Antes de esta nueva reunión, Juncker ha mantenido este viernes una nueva conversación telefónica con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, cuyo contenido no ha sido desvelado.
"Todas las reuniones pueden ser útiles, pero esto no es una negociación", han avisado fuentes europeas. "Cualquier acuerdo debe ser con las tres instituciones (la Comisión, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) y luego ratificado por los acreedores. Sólo pueden hacerse progresos con las tres instituciones. Salvo que las tres instituciones acepten el acuerdo, no hay acuerdo", insisten.
Grecia y sus acreedores se encuentran al borde de la ruptura. Los expertos del FMI han abandonado Bruselas ante la imposibilidad de hacer avances y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha avisado a Tsipras de que "no hay más tiempo para regatear" y de que debe cerrar un acuerdo como muy tarde para el Eurogrupo del 18 de junio.
Los acreedores de Grecia han exigido al nuevo Gobierno de Syriza un plan completo de reformas a cambio de desbloquear el último tramo de 7.200 millones de euros del rescate. Sin este dinero, Atenas podría suspender pagos en las próximas semanas y verse abocado a salir del euro. Los principales escollos para el acuerdo siguen siendo la reforma del IVA, la subida de las pensiones y los objetivos de superávit presupuestario.