Huelga histórica en Estados Unidos en uno de los motores de la economía del país: la industria del automóvil. Han parado los trabajadores de las principales plantas de montaje como son General Motors, Ford y Stelantis.
13.000 empleados secundan la huelga y otros 133.000 esperan órdenes del sindicato para cerrar otras fábricas si no hay avances en las negociaciones. Entre las condiciones que exigen para volver al trabajo destacan el aumento de sueldo, como se ha hecho con los directivos, reducción de la jornada laboral y seguridad para cobrar sus pensiones.
Los miembros del sindicato de automóviles han paralizado tres fábricas en Missouri, Michigan y Ohio. La primera vez en 88 años en la historia de uno de los sindicatos más poderosos del país que hay una huelga contra las tres grandes firmas, las llamadas Tres Grandes de Detroit.
Desde julio negociando un nuevo convenio colectivo
Por su parte, las multinacionales mantienen que el sindicato pide cosas "imposibles" como una subida de salarios del 40% en cuatro años y la reducción de la jornada semanal a 32 horas aunque cobrando 40. Los empleados responden que con unos ingresos en lo que va de año de cerca mil millones de dólares, los fabricantes pueden repartirlo con su plantilla.
El sindicato y las tres grandes empresas automovilísticas llevan negociando desde julio la firma de un nuevo convenio colectivo. El sindicato United Auto Workers (UAW) ha advertido que utilizará la estrategia de las huelgas selectivas en distintas plantas de los Tres Grandes para poner más presión sobre las empresas. El número de plantas en paro irá aumentado según se vayan prolongando las negociaciones.
Tampoco se descarta que se declare una huelga general simultánea en las tres empresas, lo que supondría una medida nunca antes vista en la historia de Estados Unidos.