Acto seguido, el presidente de la firma de construcción e ingenería, Nemesio Fernández-Cuesta, y los seis miembros restantes de su consejo han presentado en bloque su dimisión con el fin de "facilitar la gestión de la nueva etapa", informaron a Europa Press en fuentes de la compañía.
El concurso de Isolux es el mayor de una compañía de construcción de los últimos años y de los de más dimensión de la historia empresarial española junto con los de Martinsa Fadesa, Abengoa, Nueva Rumasa, Pescanova o Reyal Urbis. Isolux recurre finalmente al concurso al no poder acometer una segunda reestructuración de su deuda apenas un año después de que en julio de 2016 fuera rescatada por sus bancos acreedores, que desde entonces controlan la compañía.
El grupo, en 'preconcurso' desde el pasado mes de abril, buscaba un socio que entrara en su capital, inyectara fondos y la reflotase. El grupo no lo ha conseguido, si bien en esta última reunión del actual consejo se ha dado cuenta de seis ofertas presentadas por distintos inversores interesados sobre distintos negocios de la división de construcción e ingeniería de la empresa.
La compañía se declarará en quiebra con un 'agujero' (un patrimonio negativo) de unos 801,9 millones de euros y una plantilla, tras el ERE pactado el pasado año, de 3.884 trabajadores. De ellos, los empleados de las firmas que solicitarán el concurso son 1.992 empleados, 1.104 de ellos, en España.