En su comparecencia en la Comisión del Pacto de Toledo del Congreso, Linde ha indicado que prolongar la edad de jubilación hasta los 67 años es una opción que se justifica por el aumento de la esperanza de vida, el retraso en la entrada en el mundo laboral, la menor necesidad física que requieren la mayoría de trabajos en la actualidad y la mejora de las condiciones físicas en edades más avanzadas.
"Cualquier medida encaminada a desincentivar la jubilación anticipada y permitir la ampliación de la vida laboral por encima de los 67 años tendría efectos positivos sobre la sostenibilidad financiera del sistema", ha señalado.
Ha añadido que algunos países han optado por incluir también en sus mecanismos de sostenibilidad un enlace automático entre la esperanza de vida y la edad a la que se permite la jubilación.
Otros países -ha puntualizado- lo han enmarcado en un sistema de cuentas nocionales de contribución definitiva.
Sobre este modelo ha afirmado que tiene algunas ventajas para mejorar la transparencia del sistema.
Precisamente, Linde ha pedido que se suministre a los ciudadanos toda la información necesaria sobre su futura pensión para que les permita tomar una decisión sobre su ahorro.
Por otra parte, ha explicado que también se podría plantear extender el papel del ahorro para la jubilación, de modo que permita complementar los recursos del sistema contributivo público con la acumulación de activos financieros con los que suplementar las futuras pensiones públicas.
No obstante, ha puntualizado que mecanismos de capitalización son complejos y requiere un análisis previo para ver cómo se implanta, si es voluntario u obligatorio y la rentabilidad que puede ofrecer.