Durante su intervención en el debate a la enmienda a la totalidad que ha presentado el grupo parlamentario de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, De Guindos ha pedido a la formación morada que reconsideren este veto porque el proyecto de ley abaratará las comisiones y reforzará la transparencia y la protección a los deudores hipotecarios.
Ha explicado que se trata de una norma que traspone una directiva europea y que incluso va más allá de lo que mandata Europa, ya que amplía su aplicación a los autónomos.
De Guindos ha incidido en que se abaratan las comisiones por cancelación anticipada, se reducen las comisiones por conversión de préstamos de tipo variable a fijo y éstas desaparecen a partir del cuarto año de la hipoteca para todos los contratos ya en vigor, además de que se refuerza el control sancionador para notarios y registradores.
"El Gobierno ha ido mas allá por la relevancia social de la vivienda y por las implicaciones que tiene el contrato más importante que firman los ciudadanos a lo largo de su vida", ha argumentado el ministro.
De Guindos ha explicado que sobre las cláusulas de vencimiento anticipado de los préstamos la nueva norma establece que durante la primera mitad de la vida del préstamo tendrá que haber nueve cuotas impagadas o el equivalente al 2% del capital prestado y durante la segunda mitad de la vida del préstamo, serán necesarias doce cuotas impagadas o el 4% del capital prestado.
Medida que regirá con efectos retroactivos.
Además ha recordado que se establecerá un contrato hipotecario tipo al que se podrán acoger las partes si lo ven oportuno y los bancos tendrán la obligación de hacer una ficha de advertencia estandarizada que informe sobre cláusulas "sensibles" y sobre las cuotas a pagar según la potencial evolución del tipo de interés, en caso de ser variable.
También se prohíbe a la entidades la venta de productos vinculados a las hipotecas como los seguros de vida y la posibilidad de que el consumidor pueda solicitar en cualquier momento de la vida del préstamo la conversión -en euros o en la divisa en la que percibe la mayoría de los ingresos-, del crédito en moneda extranjera, con lo que se eliminan los problemas planteados por las hipotecas llamadas multidivisas.