En 2050, el momento más pensionado para las cuentas públicas por el efecto de la generación del baby-boom, España necesitaría seis millones de afiliados adicionales para cuadrar las cuentas y evitar tener que pagar las pensiones con impuestos. (como ya estamos haciendo vía transferencias públicas del Estado a la Seguridad Social)
Hasta entonces la situación no es mucho más holgada: ni acabando con todo el paro que hay en España (2.759.404 desempleados a cierre de octubre), lograríamos recaudar lo suficiente para pagar a todas las personas que a día de hoy, tienen derecho a una pensión contributiva en España. La nómina de octubre asciende a 12.075 millones de euros con 10.085.672 pensiones contributivas abonadas.
Casi 3000 euros menos de pensión
Según las proyecciones de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, a día de hoy, para cuadrar las cuentas del Sistema de la Seguridad Social y que los ingresos contributivos (cotizaciones) coincidan con los gastos contributivos (pensiones) tendrían que pasar tres cosas; encontrar a 3.780.000 afiliados más. Que los pensionistas actuales renuncien cada año a 2850 euros de su pensión o que, quienes están trabajando y cotizando, lo hicieran con 1300 euros más en cada ejercicio.
Este estudio pone de manifiesto la delicada situación que atraviesa el Sistema pese a las sucesivas reformas que, a juicio del autor del informe, el investigador y Doctor en Economía por la Universidad de Valencia, Enrique DEVESA, ofrece "unas proyecciones a futuro mucho peores (…) está claro que algo más habrá que hacer para que el gasto en pensiones no crezca tanto sin recortarlo. Hay muchas propuestas sobre la mesa como alargar la edad de jubilación efectiva o ampliar el periodo de cómputo para calcular la pensión". El gobierno, sin embargo, lamenta DEVESA, ha preferido optar por elevar las cotizaciones sociales "sin tener en cuenta el impacto que eso pueda tener en el mercado laboral".
La dependencia demográfica se dispara
La transformación demográfica de España con el progresivo envejecimiento de la población y la incorporación de la generación del baby-boom al sistema va a tener traslación directa en la ratio cotizantes-pensionistas. De hecho el porcentaje de las personas activas, en edad de trabajar, entre 16 y 64 años, va a caer desde el 65% en 2022 hasta el 57% en 2050, mientras la población mayor de 64 años va a aumentar del 20% actual al 30% en 2050. De esta forma la tasa de dependencia demográfica va a pasar del 31% en 2022 hasta el 53,7% a mitad de siglo.
