La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de economía, Nadia Calviño, ha convocado a la cúpula del sistema financiero español. A la cita están llamados el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, los presidentes de las principales patronales bancarias y los presidentes de las principales entidades del país. El motivo de la convocatoria es hablar de los avances de la inclusión financiera y de las perspectivas económicas.
"No es una reunión para hablar de un impuesto que todavía no se ha creado", dice el Gobierno, sin embargo, sí se hablará de ese impuesto que adelantó el presidente Pedro Sánchez durante el Debate sobre el Estado de la Nación.Primero porque es la primera ocasión que van a tener las entidades concernidas de poder abalizar con el Gobierno esta medida con la que calcula que va a recaudar 1.500 millones de euros anuales que podrá destinar a costear otras medidas sociales.
No es una reunión para hablar de un impuesto que todavía no se ha creado
El nuevo impuesto a la banca pilló por sorpresa al sector y la bolsa reaccionó con un sonoro batacazo. Como no dejaba de ser un anuncio, una intención, lo que cabe decir hoy sobre ese impuesto es que está en estudio y en desarrollo y eso corresponde al ministerio de Hacienda. Y lo previsible es que se conozcan pocos detalles hasta después del verano.
Ya les hemos venido contando estos días atrás que las dos cuestiones sobre las que debe arrojar luz el Gobierno son, para empezar, cómo se define qué son "beneficios extraordinarios" y cómo van a garantizar que las entidades no repercutan en sus clientes los costes extraordinarios derivados de la nueva figura impositiva.
Protestas del sector por el impuesto
Ayer, la consejera delegada de Bankinter, Dolores Dancausa, se preguntaba qué ha hecho mal el sector en esta ocasión para que se les castigue, así lo entiende, con un impuesto que considera injusto, bajo la premisa de que supuestamente ya se están enriqueciendo de la subida de tipos antes de que se produjera y cuando ya vienen pagando más impuestos, por ejemplo en el impuesto de Sociedades (30%) que el resto de las grandes compañías (25%).
Se queja Dancausa, como lo hace el resto del sector, del perjuicio que supone la incertidumbre y el daño que ya se está causando a la credibilidad de la banca cara a los inversores.
Asimismo, el jueves le preguntaron también por este impuesto al vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos. Dijo que le faltan datos pero que, si uno hace el ejercicio de echar la mirada atrás, el BCE no es partidario de impuestos que dificulten el acceso al crédito ni perjudiquen la solvencia del sistema bancario.