DESCARBONIZACIÓN AÉREA

El nuevo combustible sostenible (SAF); una oportunidad para España para convertirse en potencia exportadora

Las grandes compañías españolas apuestan por el SAF como proyecto de país, para liderar un transporte sostenible. Piden una regulación de este combustible no contaminante y la creación de un fondo de más de 300 millones de euros para financiar el desarrollo de plantas de producción, además de incentivar su consumo aprovechando los ingresos conseguidos por el Estado.

Laura Lorenzo

Madrid | 16.09.2024 15:28

El nuevo combustible sostenible (SAF); una oportunidad para España para convertirse en potencia exportadora
El nuevo combustible sostenible (SAF); una oportunidad para España para convertirse en potencia exportadora | CEPSA

La apuesta por la descarbonización es una realidad a la que hacen frente ya de una forma normalizada todas las empresas y los diferentes sectores asumiendo que hay que buscar nuevas formas de producción o de transporte que resulten menos contaminantes y más eficientes. Los transportes no están exentos de este proceso. En el caso de los coches la propuesta pasa, en estos momentos, por abandonar los combustibles tradicionales apostando por el vehículo eléctrico, mientras que si nos fijamos en el transporte aéreo, gran dinamizador del transporte de pasajeros, pero también de mercancías, la solución pasa por utilizar un combustible más sostenible y menos contaminante. Y es que el sector de la aviación representa el 2,5% de las emisiones globales de dióxido de carbono, según datos de la Agencia Internacional de la Energía.

Existe una opción real como es el SAF (Sustainable Aviation Fuel), un combustible para aviones cuyo origen puede ser orgánico, a partir de aceites vegetales, biomasa o residuos agrícolas, que consigue reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Para descarbonizar completamente todo el sector aéreo español sería necesario producir cinco millones de toneladas de SAF al año en 2050. Eso implicaría, necesariamente la construcción de más de 40 plantas de producción, para que España pudiera cubrir toda la demanda nacional. Se necesitan por lo tanto inversiones, y una estrategia conjunta de aunar esfuerzos entre el sector público y privado. Es una de las principales conclusiones a las que han llegado empresas como CEPSA, Vueling o Iberia, que hoy han presentado un informe elaborado por la consultora PwC en el que pone de relieve la oportunidad que representa para España la posibilidad de liderar este proceso de descarbonización del sector aéreo.

Esta nueva industria, para la producción de combustibles sostenibles de aviación podría generar a España inversiones de más de 22.000 millones de euros, más de 270.000 puestos de trabajo directos e indirectos y aportar 56.000 millones de euros al PIB español, hasta el 2050. Para el presidente y CEO de Iberia, Marco Sansavini, vivimos en un contexto en el que estamos evolucionando de la industria tradicional, a una nueva industria basada en los residuos y en la presencia, cada vez mayor, de energías renovables. Un contexto, en el que España tiene la posibilidad de pasar de ser un país que ha tenido generaciones de dependencia energética a un Estado que puede convertirse en una potencia exportadora de este tipo de combustible.

Y es que las condiciones de España para la producción de SAF suponen, coinciden todos ellos, una gran oportunidad para la economía nacional, sobre todo teniendo en cuenta que España es la tercera potencia europea en materia de biomasa. De hecho, el CEO de Cepsa, Maartin Wetselar, reconoce que conseguir fabricar este tipo de combustible aéreo en España, supondría un paso muy importante, sobre todo porque “esta industria lo tiene todo para ser un éxito, pero no va a llegar fácilmente”.

Las empresas demandan una regulación de este combustible y menos trabas administrativas

El informe sobre “¿Cómo hacer de España el líder europeo de SAF? Hoja de ruta para acelerar la descarbonización del transporte aéreo, pone de relieve la necesidad de establecer un marco regulatorio que permita a los diferentes agentes involucrados invertir con una total confianza en esta industria emergente. Además, señala la importancia de asumir de forma conjunta, desde la Administración pública y la privada, las inversiones necesarias para que el SAF sea una solución sostenible y viable a corto plazo, ya que su precio, a día de hoy es entre 3 y 5 veces superior al queroseno de origen fósil.

El informe destaca, además, la importancia de localizar las plantas de producción de SAF cerca de las materias primas, contribuyendo no solo a descarbonizar la economía sino también al desarrollo social y económico del territorio rural. Por ello, es fundamental establecer un marco jurídico que facilite las inversiones necesarias, además de incentivar el desarrollo de las nuevas tecnologías para la producción de SAF, claves para alcanzar los objetivos más allá de 2030.

La Unión Europea ya ha fijado cual debe ser el camino, lo hizo el pasado mes de septiembre aprobando la ruta a seguir en el proceso de descarbonización de la aviación de cara a los próximos años. Se trata del nuevo reglamento que se marca como objetito fijar los porcentajes de SAF que deberían cargar las diferentes aerolíneas para conseguir llegar al 2050 con un 70% de combustible sostenible (un 2% en 2025 y un 6% en 2030).

La presidenta y CEO de Vueling, Carolina Martinoli, reconoce que “descarbonizar la aviación o es fácil ni barato, pero se puede”. Para ello, es necesario una hoja de ruta, “es posible, pero no podemos hacerlo solos”. Martinoli recuerda que una de las grandes ventajas del SAF es que no requiere de un cambio de tecnología de los aviones para poder ser utilizado, sin embargo, la realidad es que a día de hoy sólo se produce un 1% de SAF en todo el mundo, de todo lo que se podría producir.

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