"Tensiones persistentes en Cataluña pueden disminuir la confianza de los negocios y del consumidor significativamente, obstaculizando la demanda doméstica más de lo esperado", alertó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su informe semestral de Perspectivas presentado hoy en París.
El organismo elevó sus previsiones de crecimiento económico en 2017 en tres décimas -del 2,8% que pronosticó en junio al 3,1% ahora-, pero las bajó levemente para 2018, del 2,4% al 2,3%, en línea con el Gobierno español.
El Ejecutivo de Mariano Rajoy revisó en octubre en tres décimas a la baja sus previsiones de crecimiento para 2018, hasta el 2,3%, por la incertidumbre asociada a la situación en Cataluña, mientras que la Comisión Europea calcula un crecimiento del 2,5%.
La OCDE pronostica que la inflación en España, más baja de lo deseado, caerá hasta el 1,3% en 2018 -en octubre se situaba en el 1,6%- y el desempleo se contraerá hasta el 14% en 2019 (en julio de este año era del 17,1%), por encima de la media europea.
"El índice de desempleo está gradualmente cayendo, pero sigue alto, sobre todo en los jóvenes y los parados de larga duración", analizó la OCDE, que aconseja reducir la brecha entre las indemnizaciones por despedir a trabajadores temporales e indefinidos.
El documento pronostica que el déficit público caerá en 2017 hasta el 3,2% del PIB -frente al 4,5% de 2016-, ligeramente por encima del 3 % exigido por Bruselas.
"El crecimiento económico ha sido fuerte y equilibrado en 2017 y en 2018 y 2019 se prevé moderado, pero aún robusto (...) Sin embargo, las tensiones políticas en Cataluña han agravado la incertidumbre", ahondó la OCDE.
El informe, que prevé una subida del PIB del 2,1% en 2019, subraya que el crecimiento de España superará el 3% en 2017 por tercer año consecutivo "superando la mayor parte de los países de la zona euro" fruto de "un modelo de crecimiento más equilibrado" que en la época precrisis, sustentado por la demanda interna y la demanda internacional.
El organismo recomienda "más reformas estructurales" para promover "la inversión en innovación y para la mejora de la capacitación de la fuerza laboral".
Según la OCDE, el sistema bancario español, uno de los más afectados en Europa por la crisis económica, está ahora "más fuerte", pero recordó que afronta desafíos en el medio plazo, como la baja demanda de créditos y la rentabilidad.
"Créditos difícilmente recuperables en los balances han caído notablemente, pero aún son elevados en algunas instituciones financieras", avisó el documento.
La OCDE considera que los efectos positivos en la economía española de los precios bajos del petróleo y de las bajas tasas de interés se irán difuminando, aunque se compensarán por la creación de empleo y por una condiciones financieras favorables que promoverán el consumo privado y la inversión empresarial.