La OCDE advierte de que la flexibilidad que permite España a la hora de que los autónomos elijan una cotización mínima que en ocasiones no se ajusta a sus ingresos reales, tiene consecuencias y precariza la jubilación, por lo que aconseja limitar esa posibilidad.
Actualmente, cuatro de cada diez trabajadores en España son autónomos y entre el 40% y el 50% del empleo es atípico, es decir, no asalariado, temporal o a tiempo parcial.
Esto es consecuencia de un mercado laboral que se transforma por la globalización, la digitalización y por los cambios demográficos y que evidencia que los sistemas de pensiones no están adaptados a esta nueva situación, que por otro lado crea brechas salariales y de protección social.
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