La propuesta de tasa que plantea el grupo de trabajo de la OCD permite a los países exigir que los gigantes tecnológicos, como Google o Amazon, y los que ofrecen servicios finales al consumidor paguen a partir de un cierto beneficio parte de sus impuestos allí donde hacen negocio, donde están sus usuarios aunque la empresa no tenga presencia física.
El objetivo es hacer frente a los desafíos de la economía digital y global con reglas fiscales más justas y respetuosas de la competencia. La propuesta será debatida en el G-20 de Washington la próxima semana y podría adoptarse a nivel internacional en 2020.