Tras la reforma de Hacienda el pasado mes de julio, no se va a poder pagar una factura de más de 1.000 euros en efectivo. A través de esta medida se pretende evitar el fraude fiscal y el blanqueamiento de dinero. Según informa el Banco de España, las operaciones mayores a esa cantidad podrán ser investigadas "en el caso de los pagos en los que alguna de las partes actúe en calidad de empresario o profesional".
Habrá alguna excepción. La cantidad podrá ser de hasta 10.000 euros si el pagador es una persona física que puede justificar que no tiene su domicilio fiscal en España y no actúa en calidad de empresario o profesional. Aclara el Banco de España que es aplicable a todas las operaciones mayores de 1000 euros sin que se pueda pagar una parte en efectivo y el restante de otra forma.
El que incumpla esta normativa, puede enfrentarse a sanciones siempre que "Hacienda detecte un pago que supere los 1.000 euros, la persona que desembolsó el dinero se enfrentará a una multa de hasta el 25% de la cantidad pagada en función de la cifra total del pago en efectivo". Además especifican que Hacienda detecte un pago que supere los 1.000 euros, la persona que desembolsó el dinero se enfrentará a una multa de hasta el 25% de la cantidad pagada en función de la cifra total del pago en efectivo". Por tanto, habrá que conservar justificantes de pago de operaciones por encima de los 1000 euros.