Si hay algo que la mayoría de ciudadanos detesta hacer es entrar en la cuenta del banco, especialmente cuando llega fin de mes. Esta práctica, por simple que parezca, es evitada por muchas personas en su día a día con el fin de esquivar disgustos por sus gastos mensuales.
En ocasiones no somos conscientes de cuánto dinero hemos gastado en un día, una semana o un mes. Y esto ocurre, principalmente, a causa de los llamados gastos hormiga. Estos pequeños desembolsos de dinero diarios o semanales hacen que a final de mes la cuenta se resienta y complique la tarea de ahorrar.
Las costumbres de consumo que son repetitivas llevan consigo un impacto en las finanzas personales. Hablamos de actos tan simples y cotidianos como tomar un café fuera de casa o tomar un snack en el descanso del trabajo. Aun así, por inofensivos que parezcan estos gastos, no dejan de tener consecuencias en nuestros ahorros.
Cómo identificarlos
Normalmente estos gastos se refieren a esas compras del día a día que no están planificadas pero que, aparentemente, forman parte de nuestra rutina y pueden parecer importantes.
Para identificar estos desembolsos el mejor recurso es analizar en qué destinamos nuestro dinero día a día. Para ello se puede hacer una lista con todos los gastos y posteriormente hacer una suma final para averiguar la cantidad completa. De esta manera podrás saber dónde y en qué has gastado dinero cada día.
Qué hacer para evitarlos
La manera más idónea de empezar a dejar atrás los gastos hormiga es hacerlo de forma gradual. Si empezamos de golpe y porrazo es posible que las ganas de comprar algún producto sigan ahí y eso produzca hacer un desembolso mayor y de forma inconsciente.
Por tanto, algunos consejos para evitar esta mala costumbre son:
- No comer fuera de casa en la medida de lo posible. Reducirlo a una o dos veces por semana.
- Hacer el café en casa y llevarlo en un termo al trabajo.
- Ir al supermercado con la lista hecha y ceñirse a ella.
- No comprar por impulso, sino adquirir únicamente lo necesario.