La calefacción genera gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero y esto unido a la crisis en el suministro de gas, está haciendo que se busquen alternativas a los métodos de calefacción tradicionales.
Un método más limpio que el que depende de combustibles con alto contenido en carbono es la bomba de calor, por la cual cada vez más hogares, empresas y edificios están optando..
¿Qué es una bomba de calor?
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), una bomba de calor es un aparato que mueve el calor desde un fluido que está a una temperatura más baja a otro más caliente. Esta máquina se caracteriza por conseguir la temperatura perfecta tanto en invierno, como en verano.
Su funcionamiento consiste en trasladar la energía, algo más eficiente que producir calor directamente. Con la bomba de calor se puede obtener calefacción, refrigeración y agua caliente con el mismo equipo.
Es un aparato que se considera eficiente, ahorrador y respetuoso con el medio ambiente porque aprovecha los recursos naturales.
Una bomba de calor es un aparato capaz de que un fluido que está más frío ceda calor a otro más caliente. Los frigoríficos y los aparatos de aire acondicionado son bombas de calor que extraen calor de los alimentos o del ambiente y lo ceden al exterior.
¿Cómo funciona una bomba de calor?
Las bombas de calor consiguen funcionar mediante un fluido especial refrigerante y un compresor, que consume una cierta cantidad de energía eléctrica para funcionar. El fluido refrigerante se encuentra dentro de un circuito cerrado y puede estar en estado líquido o gaseoso según la presión y la temperatura a la que se encuentre.
Mientras la bomba de calor está en funcionamiento, el refrigerante cambia de estado, para lo que necesita ganar o perder calor.
¿Cuánto se ahorra con una bomba de calor?
Tal y como explica la OCU, las bombas de calor son más eficientes y por ello permiten ahorrar energía, dinero y emisiones de CO2 comparando con otros sistema de calefacción convencionales.
La bomba de calor es más eficiente porque puede proporcionar más kW de calor de los que consume. Mediante su coeficiente de rendimiento (COP), se mide la eficiencia. Por ejemplo, una bomba de calor con un COP de 4 transporta 4 kWh de calor por cada kWh de electricidad que consume.
En cambio, un calefactor eléctrico nunca proporciona más de1 kWh de calor por cada kWh eléctrico consumido, es decir, su COP es de 1. Según la OCU, si utilizas una bomba de calor COP 4, gastarás alrededor de un 25% de la energía que consumirías con los calefactores eléctricos.
En cuanto a si lo comparamos con una caldera de gas, hay que dividir el valor €/kWh de electricidad entre el factor COP del equipo, que normalmente en el caso del gas es un 85% o 0,85, para obtener el valor real.