Según un informe elaborado por la Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Electrodomésticos en España, se compran 576.000 lavavajillas al año. Además, la mitad de los hogares dispone de uno y este porcentaje está en aumento. Pero, ¿es mejor opción fregar los platos a mano? ¿Gasta más agua y energía el lavavajillas? ¿Cuál es más perjudicial para el medioambiente?
Un estudio publicado por el Canal de Isabel II manifiesta que el consumo de agua se reduce de manera considerable si se lava a máquina en lugar de fregar a mano.
El lavavajillas gasta 12 litros de agua
El consumo de agua en el fregadero es de 88,8 litros diarios de media. Esto supone el 26% del gasto total de agua en el hogar. Sin embargo, tras instalar un lavavajillas, el citado estudio sostiene que el consumo de agua resulta bastante inferior: 54,2 litros.
Por lo tanto, lavar los platos en el lavavajillas implica un ahorro de 30,6 litros de agua diarios frente al lavado a mano, de los cuales, 27,4 litros por día serían de agua caliente.
De hecho, en las viviendas con cinco personas, que friegan con más frecuencia, el uso del lavavajillas puede suponer un ahorro de hasta 50 litros diarios. Esto se debe a que el lavavajillas implica el siguiente gasto:
- Agua: unos 12 litros por cada lavado.
- Electricidad: alrededor de 1 kWh, lo que equivale a unos 0,17 euros, dependiendo de la tarifa.
Más de 40 euros anuales en ahorro de energía
El estudio elaborado por el Canal de Isabel II verificó un balance positivo en el consumo de energía, y concluyó en un ahorro de 1,06 kWh diarios. A pesar de que esta cifra dependerá de cuántos días semanales se utilice el electrodoméstico, la investigación incide en que los ahorros anuales en la factura eléctrica pueden ser “muy significativos”.
Además, de acuerdo con la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), y desde el punto de vista del consumo responsable, el lavavajillas es uno de los equipos que más ayuda a respetar el medioambiente y a reducir el gasto en los hogares.
Reducción del trabajo e incremento de la higiene
La OCU advierte que lavar los platos en el lavavajillas es más higiénico que hacerlo a mano. Esto se debe a la elevada temperatura que se alcanza en su interior, ya que elimina las bacterias que pueden generar los restos de comida.
Además, "la presión que alcanza un chorro impulsado a máquina es mayor que con el lavado a mano", detalla la OCU.
Comodidad y ahorro de tiempo
Si comparas el tiempo que te puedes pasar fregando y limpiando los platos (aproximadamente 15 o 20 minutos tres veces al día) con los cinco minutos que se tarda en meter los platos en el lavavajillas, caerás rápidamente en la cuenta de que el electrodoméstico ahorra tiempo, trabajo y esfuerzo.
Además, su uso no implica enjuagar los platos y cacharros previamente, ya que es suficiente con retirar bien los restos de comida con unos cubiertos o una servilleta de papel usada. Si están bien colocados, quedarán limpios y, así, aumentará el ahorro de agua, de energía y de tiempo.
El lavavajillas también ayuda a mantener la cocina en orden, ya que un fregadero lleno de platos sucios es una visión bastante desagradable. Sin embargo, si están dentro del lavavajillas, los cacharros sin fregar no quedan visibles.
Finalmente, el uso del lavavajillas es beneficioso para la salud, ya que, al fregar a mano, la piel sufre más por la exposición a grandes cantidades de agua y la agresividad de los detergentes.
¿Por qué se cree que el lavavajillas gasta más?
A pesar de que el lavavajillas es más eficiente en cuanto a consumo de agua (solo utiliza entre 10 y 16 litros), y de energía, existe la falsa creencia de que es peor opción en cuanto a ahorro y gasto que fregar los platos a mano. Este mito se alimenta de tres errores principales a la hora de usar el electrodoméstico.
En ocasiones, no se aplica el programa de lavado adecuado: gran parte del consumo del friegaplatos se emplea en calentar el agua. Un programa de larga duración calentará más agua y, por consiguiente, gastará más electricidad. Por este motivo, enjuagar previamente los utensilios más sucios con agua fría permitirá emplear programas más cortos y eficientes.
Un error grave que se comete con frecuencia consiste en poner en marcha el lavavajillas sin que esté completamente lleno. Resulta fundamental tener en mente que dos lavados a media carga consumen más energía que uno a carga completa.
Además, el modelo de lavavajillas escogido es también un factor importante en cuanto a gasto de agua y de energía. Los consumidores pueden encontrar en el mercado aparatos muy eficientes, que detectan automáticamente el grado de suciedad de la vajilla.
De igual manera, determinan el nivel de intensidad de los chorros, el número de aclarados necesarios para obtener la máxima eficacia y el grado de temperatura.