EL PROBLEMA DE LAS VACANTES EN ESPAÑA

¿Por qué un ingeniero se mete a profesor?

En un país con 2,7 millones de parados, hay ahora mismo casi 150.000 puestos de trabajo sin cubrir. Las empresas dicen que no encuentran el talento que necesitan. Los expertos apuntan a la despoblación, el envejecimiento y los bajos sueldos.

Caridad García

Madrid | 18.09.2023 19:57

¿Por qué un ingeniero se mete a profesor?
Imagen de un profesor dando una conferencia | Pixabay

¿Por qué es misión imposible encontrar ingenieros que vayan a la obra? ¿Qué lleva a un matemático a ganarse la vida dando clases en la Universidad? Son algunas preguntas pertinentes que conviene plantearse cuando se trata de analizar por qué en un país con más de tres millones de parados o personas inscritas en desempleo, sigue habiendo, según el dato publicado la semana pasada, 148.000 puestos de trabajo sin cubrir.

En Cepyme han hecho un extenso estudio que revela la dimensión del problema. Sólo en la Industria hay actualmente 60.000 empleos desiertos y esa realidad está impactando directamente en la rutina de muchas empresas que se ven obligadas a recortar turnos, rechazar pedidos y en algunos casos extremos… al cierre.

El presidente de Confemetal, la patronal del Metal, José Miguel Guerrero, hace un llamamiento a la administración para "que ponga esta cuestión en agenda al máximo nivel, dedicando recursos a la orientación, la formación y a revitalizar sectores que han dejado de ser atractivos". Porque ya no es solo un problema en los perfiles de baja cualificación, lo es también entre los aspirantes mejor preparados. Sucede a la Construcción donde es imposible encontrar ingenieros. "Es como buscar a un cirujano al que le da miedo la sangre", asegura el presidente de la patronal CNC, Pedro Fernández Alen.

Las políticas activas de empleo y la formación, factores clave

Los expertos coinciden en el diagnóstico. La primera causa de la escasez de mano de obra es el desajuste cualitativo; en qué se forma la gente y qué necesitan las empresas. El investigador de Fedea, Ángel de la Fuente cree que el remedio pasa por "adecuar la oferta formativa a las necesidades del aparato productivo". También la regulación de la inmigración dificulta, a su juicio, la entrada de mano de obra. Otras dos causas empiezan a tomar especial relevancia en los últimos tiempos porque su impacto cada vez es mayor; despoblación y envejecimiento de la población.

La escasa natalidad dificulta el relevo generacional en muchos ámbitos productivos porque la edad media en gran parte de los sectores de actividad ha aumentado de media en unos 4 años mientras el mercado laboral pierde cada año a unos 38.000 jóvenes. Este reto demográfico se agrava todavía más en la España vaciada, donde la falta de servicios ahuyenta las expectativas de empleo. El presidente de CEOE en Castilla y León, Santiago Aparicio lamenta que provincias como Soria pierdan cada año al 10 % de su población con un impacto claro en el mercado de trabajo de su región, con "localidades de mil y pico habitantes que tienen cien puestos de trabajo sin cubrir porque no hay gente".

Desde Funcas, el centro de estudios de las antiguas Cajas de Ahorros, apuntan claramente al componente salarial. El profesor de la Universidad de Oviedo Francisco Javier Mato cree que "los sueldos que se ofrecen, por debajo de las expectativas de los potenciales trabajadores son un elemento clave". La falta de incentivos también puede explicar lo que está sucediendo. Los expertos coinciden en un último factor determinante; el papel del SEPE. Ahora mismo en España el servicio público de empleo apenas logra colocar al 2% de quien busca un puesto de trabajo.