El próximo lunes 27 de enero a las 10 de la mañana acaba el plazo para aceptar las condiciones de la segunda licitación propuesta por el Gobierno para la continuidad. Tras la renuncia de Adeslas y DKV por pérdidas económicas "imposibles", todo está en manos de Asisa, que sigue estudiando las condiciones.
El ministro de Función Pública, Óscar López, se ha mostrado optimista en una entrevista en Onda Cero, porque se están estudiando diferentes fórmulas, mientras que sindicatos como CSIF tienen pocas esperanzas y se han mostrado pesimistas ante el futuro que le espera a 1,5 millones de mutualistas.
El Gobierno solo garantiza la asistencia sanitaria a los funcionarios durante tres meses más, es decir, hasta el 31 de marzo. Y aquellos que quieran cambiarse a la sanidad pública pueden solicitarlo hasta el 31 de enero y después, si Muface sigue adelante, podrán regresar a la cobertura ofrecida por la sanidad privada con las condiciones que se aprueben.
El Gobierno ve posible un acuerdo
El ministro Óscar López ha asegurado en una entrevista que le ha hecho Carlos Alsina que se siguen explorando fórmulas, aunque no ha desvelado cuáles, y se ha mostrado optimista de cara a conseguir un acuerdo para la continuidad de Muface: "Estamos trabajando sin descanso, estoy casi convencido de que vamos a conseguir un acuerdo".
Incluso ve posible que DKV y Adeslas cambien de opinión, porque el Gobierno "sigue dando vueltas" a la negociación.
En un principio, el plazo para solucionar el futuro de Muface terminaba el 15 de enero, si bien el Ministerio de Función Pública anunció que el plazo se ampliaba hasta el lunes 27 para que las aseguradoras presenten ofertas al contrato. El primer concierto quedó desierto, mientras que en el segundo se ha planteado una subida de las primas del 33,5%.
Aun así, según ha publicado el diario ABC, el Gobierno está preparando una tercera licitación, que asegura que se trata de un mecanismo para garantizar la recuperación de posibles pérdidas a las aseguradoras y salvar así la segunda licitación.
Adeslas y DKV renunciaron por pérdidas económicas
Adeslas fue la primera aseguradora que se bajó del barco. La aseguradora alegó motivos económicos, en concreto, porque la nueva licitación les "generaría pérdidas de otros 250 millones de euros", según informó en un comunicado el pasado 27 de diciembre. Adeslas proponía un aumento de las primas de un 24% en 2025 y un 10% en 2026, que no se corresponden con lo ofrecido por el Gobierno (un 19,37% en el primer año y un 7,25 adicional en el segundo) y que consideran "claramente insuficiente".
Por su parte, DKV también alegó pérdidas económicas en su renuncia, en su caso ascienden a "más de 70 millones de euros". En el comunicado que publicó el pasado 9 de enero, la aseguradora alemana explicó que la licitación ofrecida por el Ejecutivo "no recoge los requisitos". DKV pedía que la prima aumentara hasta el 40% o que el concierto durara un año.
Contrato-puente por parte de DKV; la huelga, como última opción de CSIF
El Consejero delegado de DKV, Fernando Campos, ha propuesto una solución al problema. Le ha reclamado al Gobierno que tenga en cuenta como posible solución un "contrato-puente" si la segunda licitación fracasa. Del mismo modo ha pedido más diálogo "para repensar el modelo y hacerlo sostenible".
Por su parte, el presidente de CSIF, Miguel Borra, ha asegurado que la huelga es el último recurso, pero que si no les queda otra "ante la dejación de funciones del Gobierno, que llega tarde y que no ha logrado una financiación adecuada", tomarán la decisión.
¿Fin de Muface?
De momento, los funcionarios tienen cubierta su atención sanitaria hasta el 31 de marzo, tal y como ha afirmado el Gobierno y la propia entidad, que remitió un comunicado a las tres aseguradoras. Además, los que así lo deseen tienen hasta el 31 de enero para cambiarse a la sanidad pública y luego regresar a la privada cuando se firme el nuevo concierto.
Si bien, si finalmente no se llega a un acuerdo y no se decide ir a una tercera licitación, Muface desaparecería, por lo que 1,5 millones de funcionarios pasarían a la sanidad pública, que ya está saturada.