A la espera de la entrada en vigor de la nueva factura eléctrica, el recibo de la luz en mayo seguirá en una escala alcista debido a la especulación en el mercado europeo de derechos de emisión de CO2 y el encarecimiento del gas natural.
De hecho, la factura de este mes será inusualmente cara, con el megavatio/hora (MWh) vendiéndose a 88,95 euros, alcanzando los niveles obtenidos el pasado 13 de enero, en plena ola de frío ocasionada por la borrasca Filomena.
Según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), esta escalada repercute en el coste de la energía y llega tras una primera quincena de mayo en la que la bolsa, conocida como 'pool', registró el precio medio más elevado de la historia, unos 60 euros MWh. Además, la media mensual de mayo supera ya los 65 euros MW, el mismo que en abril, un mes en la factura del consumidor se encareció un 15% respecto al mes anterior. Como consecuencia, junto al encarecimiento de los carburantes, el IPC subió nueva décimas respecto a marzo, alcanzando el 2,2% en tasa interanual, en máximos desde octubre de 2018.
Los datos de OMIE apuntan que este precio a estas alturas del año es algo muy inusual, pues es más propio de meses como enero.
Esta subida del precio de la luz se produce apenas unos días antes de la entrada en vigor del nuevo modelo de factura eléctrica, el próximo 1 de junio, algo que podría confundir al consumidor. Desde la asociación de consumidores Facua, exigían este pasado jueves al Gobierno que no se ponga en marcha porque es "denigrante para los consumidores más vulnerables", han explicado.
La cotización del carbono y el encarecimiento del gas natural, causantes de la subida de la luz
Mucho tiene que ver en esta subida la cotización del carbono, que ha superado por primera vez este mes los 55 euros por tonelada. Además, según cifras de SendeCO2, su cotización media supera ya los 51 euros frente a los 33,43 euros del pasado enero. Además, a este aumento del coste del carbón se suma el alto precio del gas natural, que está impactando en los mercados eléctricos europeos, ya que es el combustible que alimenta las centrales de ciclo combinado.
Ante este repunte de gas y el CO2, la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha señalado que son factores que "no dependen de nosotros". Ribera ha asegurado que trabaja en "intervenir" el mercado e implantar nuevas fórmulas compaginables con el modelo marginalista de formación de precios que predomina en la Unión Europea, que impidan que se genere este incremento en lo que cobran todas las tecnologías –perciben el precio que marca la última central que casa oferta y demanda–.
Con esto, cumplirían con uno de los planes estipulados en el acuerdo de gobierno entre PSOE y Unidas Podemos, en el que prometían limitar los conocidos "beneficios caídos del cielo", tanto para las tecnologías hidráulica y nuclear como para las renovables.
A la espera de conocer el detalle de la medida en la que trabaja el Ejecutivo, Ribera ha confiado el descenso futuro de la factura a que sigan entrando en el sistema nuevas plantas de renovables y al futuro Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE), que prevé sacar el coste de las antiguas primas a las energías limpias del recibo para cargarlo al conjunto de sectores energéticos.
La subida del precio de la luz durante la borrasca Filomena
La borrasca Filomena marcó un precedente en cuanto al aumento en el precio de la luz. La ola de frío, que asoló a toda la Península Ibérica y que tuvo un grave impacto en la Comunidad de Madrid, obligó a un aumento del uso energético para calentar los hogares y centros de trabajo.
Sin embargo, la razón de la subida en el precio de la luz no se debía solo a la alta demanda por la ola de frío, sino que también contribuía la presión en los precios en el mercado del gas.
Por entonces, el precio de la electricidad en el mercado mayorista se situaba en una media de 88,93 euros MWh, duplicando la media de los primeros días de 2021.
