La ampliación del canal de Panamá está terminada y se entregará el 31 de mayo al Gobierno panameño, aunque seguirán los trabajos y diferencias en los tribunales de arbitraje por el coste de esta obra.
El grupo constructor, liderado por Sacyr, calcula una factura provisional de 5.581 millones de dólares, pero las diferencias sobre lo que reconoce la autoridad del Canal llegan a los 2.800 millones, unas diferencias que pueden tardar cuatro años en resolverse.
El propio presidente de Sacyr, Manuel Manrique, reconoce que esta es una obra complicada, no sólo en la ingeniería: "estamos culminando, y creo que con éxito, la gestión de un proyecto muy complicado por las circunstancias externas que le han rodeado".
El nuevo Canal de Panamá permitirá ampliar de 300 millones de toneladas al año a 600 millones de toneladas el tránsito marino entre el Pacífico y el Atlántico.