Este jueves, el Gobierno ha aprobado en el Consejo de Ministros extraordinario la segunda pata de la reforma de pensiones. Todo tras haber llegado a un acuerdo con los sindicatos -que desde el propio Ejecutivo y CCOO y UGT han calificado de "histórico"- y del que, por cierto, se ha desmarcado la CEOE.
Según el Departamento que dirige el ministro de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social, José Luis Escrivá, la reforma -que cuenta también con el aval de Bruselas- se aprobará como Real Decreto-ley; así, se deja abierta a tramitarla como proyecto de ley en el Congreso para que los diferentes grupos parlamentarios puedan negociar la introducción de enmiendas.
Esta segunda pata de la reforma consiste grosso modo en una subida de las bases máximas y de cotizaciones, mejoras en las pensiones mínimas y el establecimiento de un modulo dual para calcular la pensión, que dará opción a elegir entre los últimos 25 años cotizados o 29 años, descartando en este caso los dos peores.
Pensiones mínimas
A decir verdad, la subida de las pensiones mínimas era una de las peticiones que muchos jubilados llevan años exigiendo, sobre todo tras el poder adquisitivo perdido del último año, con motivo de las cifras récord en las que se ha situado la inflación.
Y esto último -el aumento generalizado de los precios- es, precisamente, lo que el Gobierno ha usado de baremo para incrementar esas prestaciones mínimas contributivas. Supondrá, por tanto, un alza de alrededor del 22% de la pensión mínima contributiva con cónyuge a cargo.
Según la norma, la nueva cuantía deberá alcanzar el 60% de la renta mediana de un hogar de dos adultos, lo que se traducirá en 16.500 euros anuales en 14 pagas en el año 2027. Es decir, y siempre según los cálculos del propio Escrivá, en los próximos años la pensión mínima pasará de 966,20 euros mensuales a 1.178,50 euros.