Es lo que pasa. Que todo queda en casa. La Casa, con mayúsculas, sigue siendo cosa de mujeres. Algunas incluso echan más horas dentro que fuera. Un informe del sindicato USO sostiene que, en una pareja trabajadora, ella dedica 37 horas y media a la semana a esas tareas frente a 20 horas que emplea el hombre. Ese dato explica el verdadero origen de la brecha de género; la renuncia a una carrera laboral plena para hacer las cosas que alguien tiene que hacer. Por eso, 8 de cada 10 mujeres percibe la conciliación familiar como una dificultad para montar un negocio, según un informe de Economistas Sin Fronteras.
Las mujeres solo representan el 22 por ciento de la alta dirección en las empresas del IBEX 35 tal y como recoge el último documento sobre techo de cristal de la Asociación Española de Ejecutivas y Consejeras . "No es casual que las mujeres tengan menos ingresos y menos patrimonio, es fruto de la división sexual del trabajo; si una mujer ocupa un lugar subalterno en el ámbito laboral y económico es porque en ese otro lugar, oscuro, privado, el del hogar, ella ocupa el papel protagonista", aseguraba estos días en unas jornadas sobre igualdad, Bibiana Medialdea, directora general de Consumo. En ese mismo acto la presidenta de ASUFIN (Asociación de Usuarios Financieros) Patricia Suárez, lo resumía con otras palabras; "las mujeres hemos conquistado el espacio público pero los hombres no han dado pasos decididos para ocupar el espacio privado".
Para compaginarlo todo (o intentarlo), hay algunas opciones. Trabajar solo unas pocas horas al día, es una de ellas. Datos recientes de 'Ranstad' apuntan que 3 de cada 4 empleos parciales son ocupados por mujeres. Una parcidad forzosa en realidad, porque muchas querrían una jornada completa pero no pueden asumirla. Otra opción es hacerse autónoma. Por eso en 2022 el RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos) ganó casi 8.000 cotizantes femeninas, frente a la caída de hombres que trabajan por cuenta propia.
Las mujeres ahorran un 15% más que los hombres con menos ingresos
Esta cifra que puede parecer positiva, no necesariamente lo es. María García, presidenta de la fundación de familias monoparentales sostiene que "el autoempleo puede ser la ruina de muchas mujeres que no están preparadas para ello y que pierden todo lo que tienen en ese intento". Desde ATA, la responsable del área de mujer, Candelaria Carrera apunta que hay varias medidas para evitarlo; más guarderías gratuitas, medios para recortar la brecha digital y promover la financiación. Esto último es una de las piedras en el camino de quienes deciden dar el paso de emprender. Las dificultades para encontrar el capital que permite poner en macha un proyecto empresarial. Y eso que la capacidad de gestión del dinero de las mujeres es poco discutible. Una encuesta de banca online apuntaba esta semana que ellas ahorran un 15% más, incluso cuando tienen ingresos inferiores a los hombres.
700.000 mujeres buscan un puesto de trabajo sin éxito
La presencia de la mujer en el mercado laboral a medio gas tiene consecuencias objetivas. Las dos más peligrosas son la exclusión social y el riesgo de pobreza. Según datos de la Fundación ADECCO, 3 de cada 10 mujeres en edad laboral (4 millones y medio) están expuestas a ello y el desempleo es la causa principal especialmente cuando la situación se cronifica y el periodo sin empleo se alarga demasiado. Es lo que le sucede ahora mismo en España a más de 700.000 mujeres que buscan un puesto de trabajo, sin éxito,desde hace más de un año. Begoña Bravo, directora de Integración de la Fundación, describe la situación como la espiral de la exclusión. Mujeres con falta de recursos para mejorar su empleabilidad y de apoyo para compatibilizar trabajo y cuidados condenadas al paro de larga duración con efectos, casi siempre, sobre su propia salud mental.