Al inicio de la pandemia, en 2020, a causa de la incertidumbre, los precios de los inmuebles se hundieron y el acceso a la vivienda era más fácil que nunca. Un año después, a medida que sanaba el mercado, los precios de la vivienda se habían encarecido notablemente. Este año, el mercado seguía al alza, pero todo puede cambiar después de verano.
Ahora, la economía se enfrenta a una recesión que ya ha llegado a Estados Unidos y se vaticina que llegue a España en Otoño, a los efectos de la inflación, que ha erosionado el poder adquisitivo de as familias, y la subida de los tipos de interés, que encarecen las hipotecas y podrían seguir subiendo después del nuevo 'impuesto a la banca'. Esta situación merma la posibilidad de adquirir inmuebles para particulares e inversores.
Como adelantan nuestros compañeros de 20minutos los ciudadanos podrían producir este efecto al no decidirse por invertir en el mercado inmobiliario, ante las informaciones sobre la llegada de la recesión y la crisis, una "profecía autocumplida".
El enfriamiento del mercado ya ha llegado en junio
Según el INE, este mes ha mostrado una caída del 3,2% en la compraventa de viviendas respecto al mes de mayo. El dato contrasta con los datos de 2020 y 2021 en el que el mercado se mostraba al alza con una subida del 22,7% y un 3,8% respectivamente. Estos podrían ser los primeros síntomas del enfriamiento del mercado inmobiliario.
Aunque los expertos evitan ser alarmistas y hablan de un "cambio de tendencia en el mercado inmobiliario", lo que significaría una moderación de la demanda y los precios. Además, señalan que partimos de una buena situación, ya que la compraventa de casas se encuentra en su mejor momento desde la burbuja inmobiliaria de 2007.
El mayor o menor efecto de esta 'tormenta' dependerá del daño que la recesión inflija en nuestro país, así como al empleo y la subida de los tipos de interés. Los expertos aguardan con incertidumbre y ya hay inversores que han empleado su capital en estos meses para anticiparse a la recesión económica.