El ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, ha afirmado que el Gobierno griego está dispuesto a aceptar “medidas duras” con el objetivo de lograr un acuerdo con los socios para que incluya la reestructuración de la deuda.
En esta consulta los ciudadanos están llamados a votar si aceptan o no la propuesta de las instituciones, Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional, a cambio del desembolso del rescate.
El Gobierno ha rechazado este plan porque, según Varufakis, el paquete de reformas "no era sostenible", pero precisó que optar por esta opción no es apoyar la salida de Grecia del euro, sino todo lo contrario.
"Es un voto a favor de la permanencia de Grecia en la eurozona", remarcó", al tiempo que añadió que los prestamistas "están listos para una solución. Esperan el mensaje de la gente".
"Teníamos la opción de firmar un plan o ponerlo a juicio del pueblo", dijo Varufakis, que argumentó que el referendo ha abierto el debate sobre la sostenibilidad de la deuda.
"A pesar de que los acreedores dicen que su propuesta ya no existe, de eso hemos hablado ayer y hoy en el Eurogrupo", destacó en alusión a las declaraciones de varios políticos europeos como el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, que han afirmado que tal propuesta ya no está vigente.
A la pregunta de que si habrá o dinero en los bancos el próximo lunes, Varufakis afirmó que "seguramente tendrán dinero" y agregó que el 'corralito' implantado el pasado lunes "es una página negra para la historia europea", pues los acreedores han impuesto el cierre de los bancos "para que no se celebre el referéndum".