análisis del segundo debate

La cordura y la moderadora, las grandes triunfadoras del último debate entre Trump y Biden

El segundo cara a cara entre los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump y Joe Biden, ha sido pacífico gracias al gran papel de la moderadora, Kristen Welker.

Agustín Alcalá, corresponsal en Nueva York

Nueva York |

Trump y Biden en un momento del segundo debate | EFE

La cordura y la moderadora han sido las grandes triunfadoras del debate presidencial de esta noche en Nashville. En el que los dos candidatos a la presidencia han presentado a los votantes dos visiones muy diferentes sobre la manera en la que se enfrentaran a la Covid-19, cómo sacarán a la nación de la profunda crisis económica que sufre, sobre la forma de superar el racismo, garantizar un aire más limpio y menos contaminado o como tratar a los inmigrantes.

Donald Trump ha declarado que "después de cerrar nuestra nación para frenar el avance de esta terrible enfermedad que China nos mandó estamos dando la vuelta a la esquina y está desapareciendo". Y ha relatado todas las cosas que, según él, ha hecho para enfrentarse a un virus que ha matado ya a 226.00 personas y contagiado a 8, 3 millones estadounidenses.

Joe Biden, quizás en el mejor debate de esta campaña electoral que comenzó en febrero pasado enfrentándole a una veintena de rivales demócratas, ha respondido que cualquier persona que sea responsable de un número tan abultado de muertes no puede permanecer por un día más siendo presidente de Estados Unidos. "Él dice que estamos aprendiendo a vivir con él (con el virus). Estamos aprendiendo a morir con él . Ustedes en casa tendrán una silla vacía en la mesa de la cocina esta mañana y cuando esa mujer y ese hombre se den vuelta esta noche en su cama no encontrarán a su esposa o a su marido porque ha desaparecido. Aprendiendo a vivir con él, ¡venga ya! Estamos muriendo con él."

El debate ha sido pacífico y los votantes han podido escuchar a ambos contendientes sin gritos y estridencias gracias a que la moderadora, Kristen Welker, la corresponsal de la cadena de televisión NBC en la Casa Blanca, ha hecho un gran papel. La periodista afroamericana ha mantenido a raya a los dos candidatos, los ha dejado debatir, les ha cortado cuando ha sido necesario, en especial al siempre impulsivo presidente, y ha conseguido que ambos hablaran sin chillarse.

Kristen Welker, moderadora del segundo debate Trump y Biden | EFE

Trump ha estado mentiroso, como acostumbra, pero disciplinado y respetuoso y eso es un éxito después del calamitoso primer debate de Cleveland del 29 de septiembre. Y Biden muy seguro no ha sido el Joe el dormilón, como le llama el presidente, sino que ha respondido con brevedad, un verdadero reto siempre para él, ha estado ducho en el conocimiento de los temas y dirigiendo su mirada directamente a los cuartos de estar de los espectadores les ha preguntado si se creen algo de lo que dice su contrincante.

Trump en muchos momentos ha vuelto a sacar el librillo que utilizó contra Hillary Clinton en el año 2016 y con mucho éxito. Y ha repetido en varias ocasiones que él no es un político sino que es un outsider que viene de fuera y que su contrincante lleva 47 años en Washington y no ha hecho jamás nada. "¿Qué has hecho Joe, dime qué has hecho durante este tiempo? No has hecho nada durante toda tu vida”, ha preguntado a su oponente.

El presidente le tenía preparado varios ataques contra él y su hijo Hunter y su supuesta fortuna ilegal obtenida en Rusia, Ucrania y China. El vicepresidente, que tenía la respuesta lista, le ha contestado que no ha recibido jamás dinero de un país extranjero – a diferencia de su contrincante- y que estos alegatos forman parte de la campaña de desinformación e injerencia de Vladimir Putin en las elecciones norteamericanas.

“La razón por la que está sacando toda esta basura es porque no quiere hablar de las cosas que son importantes. Lo importante no es hablar ni de mi familia ni de la suya…sino de vuestra familia”, ha comentado el vicepresidente mirando directamente a la cámara.

Menores separados de sus padres

Uno de los momentos más interesantes es cuando ambos han hablado de los 545 niños y menores que están en poder de las autoridades estadounidenses en varios pueblos fronterizos de Tejas y en otros estados y que fueron separados de sus padres cuando llegaron a Estados Unidos. "Es algo criminal lo que se ha hecho a estos niños", ha opinado Biden. "No han estado mejor en su vida", ha respondido Trump que ha mantenido que sus autoridades inmigratorias están buscando a sus padres y que muchos de los pequeños no tienen a nadie porque los metieron en la nación los coyotes que cruzan ilegalmente la frontera. Algo que el presidente sabe que no es verdad.

Trump ha estado civilizado y eso es una victoria. Biden muy seguro y preciso. El cerrar el micrófono a ambos durante parte del debate ha sido una gran idea de la comisión que organiza estos debates. Y Welker ya se ha ganado el derecho a ser moderadora dentro de cuatro años.

A 12 días para las elecciones el aspirante republicano tiene una importante montaña que escalar: robar a Biden votantes, convencer a los indecisos que merece una nueva oportunidad y garantizar que los suyos no le abandonen. Y eso en este momento parece un reto insalvable. Pero Biden no debería pensar que ya ha ganado y puede elegir los muebles que colocará en la residencia del 1600 de Pennsylvania Avenue a partir del próximo 20 de enero. Porque sería un error que no solo pagaría él sino también los norteamericanos durante muchos años.

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