NECESITAN SUS VOTOS PARA GANAR

¿Por qué Florida y Pennsylvania son dos estados decisivos para las elecciones en Estados Unidos?

Tanto Joe Biden como Donald Trump necesitan los votos de los habitantes de dos autopistas interestatales: la 80 que atraviesa Pennsylvania y la I-4, donde vive uno de cada cuatro habitantes de Florida. Dos estados decisivos para las elecciones por muchas razones.

Agustín Alcalá, corresponsal en Nueva York

Madrid |

Mitin de Donald Trump en Florida. | Efe

Es posible que el ganador de las elecciones presidenciales del martes próximo lo decidan los habitantes de dos autopistas interestatales. La 80 que atraviesa Pennsylvania y la I-4 donde vive uno de cada cuatro habitantes de Florida.

Sin Pennsylvania y sus 20 votos en el colegio electoral y sin Florida y sus 29, Donald Trump no seguirá en la Casa Blanca. Joe Biden puede ganar las elecciones si pierde en estos dos estados, pero su camino para lograr los 270 necesarios para ser presidente será muy empinado porque debe repetir en todos los estados donde venció Hillary Clinton hace cuatro años y arrebatar a su rival republicano Wisconsin, Michigan, Arizona y Carolina del Norte.

El Estado del Sol tiene 21,4 millones de habitantes con cerca de 900.000 cubanos que pueden votar y 300.000 puertorriqueños que han llegado en los últimos años. Cuenta con su Tampa militar donde está el comando central de las Fuerzas Armadas; el Palm Beach de los golfistas ricos con sus maravillosos yates donde Trump se irá a vivir si pierde las elecciones; el Panhandle de Panama City y el Tallahassee más blanco que vive del Golfo de Méjico, por donde entran tantos huracanes; Jacksonville y Orlando y Disney World; Doral, donde ha llegado tanto venezolano que la llaman Doralzuela; y Miami, sus playas, sus hoteles, sus latin lovers y sus mujeres y la Calle 8 donde sus habitantes son orgullosos norteamericanos que viven y piensan en español.

Florida, la joya de la corona con sus 29 votos electorales

En cada elección presidencial la expresión que más se repite es Florida, Florida, Florida porque este estado es la joya de la corona con sus 29 votos electorales y quien quiera ser presidente debe ganarlos. Desde 1992 cuando George Bush padre ganó allí pero perdió las elecciones contra Bill Clinton, cinco de los últimos seis comicios presidenciales se han decidido por cinco puntos o menos de diferencia.

Ninguna contienda tan apretada como la victoria de George Bush hijo contra Al Gore en el año 2000 que se decidió por 537 votos y que sancionó el Tribunal Supremo después de un mes de retraso. En el año 2016, Trump venció en Florida y llegó a la presidencia con un margen de victoria de un 1,2 por 100 de votos frente a Hillary Clinton con los lugares más blancos decantándose para el republicano, incluido el voto cubano del condado de Miami, y los más poblados y diversos para la demócrata.

La forma en la que Trump despreció a los puertorriqueños cuando el huracán María destrozó la isla en el año 2017, la vuelta a la Guerra Fría en las relaciones con Cuba que tan feliz ha hecho a los cubanos después de la apertura promovida por Barack Obama y el impacto de la covid 19 en el estado donde han muerto 16.570 personas y 790.000 se han contagiado pesarán mucho en la decisión que tomen los floridianos.

En el último sondeo de la cadena NBC y el Marist College, Biden saca una ventaja mínima de 51-47 a Trump que ha perdido, precisamente por su mala gestión de la pandemia, el apoyo de los habitantes mayores del estado. Si en el año 2016 el republicano ganó el voto senior por 17 puntos de diferencia, Biden domina hoy a ese grupo electoral que siempre vota por siete puntos a su favor.

Si el presidente obtiene finalmente los 29 votos electorales de Florida, y tiene muchas posibilidades de hacerlo, será gracias a los cubanos a los que ha convencido de que Biden es un socialista y que con él al frente del gobierno Estados Unidos se convertirá en la Cuba de Fidel Castro. Un mensaje que ha calado entre la comunidad cubana que apoya a su comandante en jefe por 71-23 frente a su contrincante demócrata.

Pero la Florida también es puertorriqueña, mejicana, colombiana, nicaragüense y venezolana y estos latinos, muchos de ellos nacionalizados norteamericanos desde hace muchos años, pueden ser los votos que decidan estas elecciones. Aunque para ello antes Biden tiene que convencerles de que voten en grandes números, algo que no suelen hacer, y por eso les ha prometido que en su primer día como presidente firmará un decreto para reunir lo antes posible a los 545 niños hispanos que viven en centros de acogida a lo largo de la frontera con Méjico y a los que el servicio de inmigración ha arrancado en los últimos años de los brazos de sus madres y de sus padres que ha deportado y nadie encuentra.

Pennsylvania, un estado muy importante

Cuando se habla de Estados Unidos se piensa en Nueva York, Massachusetts, Tejas, Florida o California. ¿Pero en Pennsylvania? Y, sin embargo, es un estado muy importante en la historia de la Unión porque la declaración de Independencia se firmó en Filadelfia en 1776, donde se encuentra la Liberty Bell, el símbolo de la libertad y de la nación; es el estado de Phil, la marmota, el famoso pronosticador de los largos inviernos y de la llegada de la primavera; donde nacieron los actores Jimmy Stewart y Gene Kelly, el escritor John Updike y Daniel Boone, el gran personaje de la América de la frontera. Fue en Pennsylvania donde se rodó la película el El cazador, con Robert de Niro, Christopher Walken y Meryl Streep; la vida de la serie The Office se centra en la localidad de Scranton, donde nació Biden; de Filadelfia procede el cheesesteak; y en Hersey se hacen sus deliciosos chocolates.

Además de Philly tiene ciudades como Harrisburg, la capital, Pittsburgh, Allentown, Bethlehem, Lancaster y su comunidad amish y la Gettysburg de la gran batalla que decidió la Guerra Civil estadounidense con un gran parque histórico en el que se recrea este conflicto y al que acuden siempre los presidentes y los candidatos a hablar de patria, sacrificio y honor. Pennsylvania es un lugar de pollos, de cerdos, de vacas y de trigo y también de minas, de maquinaria, de energía y petróleo y cada vez más de tecnología y grandes centros médicos. Y de universidades de gran nivel como U Penn, Carnegie Mellon, Legeih, Vilanova, , Swarthmore, Bucknell, Gettysburgh y Mullenberg.

Donald Trump repite constantemente a sus encuestadores ¿cómo vamos en Pennsylvania? porque hace cuatro años ganó allí por sorpresa gracias a que mucha gente de los suburbios de Pittsburgh y sobre todo la comunidad negra de Filadelfia se quedó en casa y los que votaron fueron los blancos sin educación universitaria de las zonas más rurales, votantes demócratas de toda la vida que habían dado su apoyo en dos elecciones presidenciales consecutivas a Barack Obama.

Y a esos electores Trump les enamoró con su mensaje de millonario de éxito que iba a acabar con el estercolero en el que, según él, se ha convertido Washington. En Pennsylvania los republicanos han hecho algo muy destacable: han ido puerta a puerta, sin miedo a los contagios de la covid 19, movilizando a los votantes blancos y rurales que no votaron en el año 2016, alrededor de unos dos millones cuatrocientos mil votos potenciales. Trump venció en Pennsylvania a la señora Clinton por 44. 292 votos, la primera vez que un republicano ganó allí desde 1988. Y si logra que cientos de miles de esos blancos que dejaron de estudiar después de la high school y que no votaron entonces, alrededor de 2,3 millones según algunos cálculos, lo hagan ahora a su favor tiene asegurada la victoria.

Gracias a su mensaje de que la economía estadounidense vuelve a volar como un ave Fénix y que su contrincante desea atar las manos a la policía para pelear contra los saqueadores y violentos anarquistas de izquierda y que además cerrará las minas que quedan en el estado y acabar con la industria de la energía que es tan importante allí.

Por eso Biden ha visitado el estado en 12 ocasiones desde el verano y ha gastado más de 20 millones en anuncios de televisión en las últimas semanas. Si el candidato demócrata pierde entre su gente, entre sus vecinos, será un duro golpe porque parte de su campaña la ha basado en defender que lo que está en juego el 3 de noviembre es Scranton contra Park Avenue, la gente trabajadora, humilde y que se esfuerza todos los días y que lo está pasando tan mal contra aquellos que viven en sus grandes apartamentos, millonarios y que se han hecho más ricos con los recortes de impuestos de Trump. Biden recuerda a sus paisanos que su rival no les representa y que con él en el Despacho Oval Pennsylvania ha perdido 40.000 puestos de trabajo en sus industrias.

Según un análisis de Fivethirtyeight si Biden gana en Pennsylvania tiene un 96 por 100 de posibilidades de ser presidente pero si es Trump el que vence en este estado tendrá un 84 por 100 de posibilidades de ser reelegido.

Y para ganar cada uno necesita que sus vecinos de las interestatales se suban a sus camionetas y a sus coches y voten porque el futuro de los dos candidatos y de la nación depende de ellos.