Las elecciones presidenciales de Estados Unidos del próximo 5 de noviembre prometen ser una de las más ajustadas de la historia del país. Los últimos sondeos muestran un estrecho margen entre los demócratas y los republicanos con una ligera ventaja para la candidata demócrata Kamala Harris.
Los candidatos representan agendas ideológicas muy diferentes y el cruce de acusaciones ha sido una constante durante toda la campaña electoral, que encara su sprint final llena de polémicas. La última, podría costarle cara a Donald Trump.
Las ofensas de un comediante, durante un evento de campaña del candidato republicano el domingo pasado, que llamó a Puerto Rico una "isla flotante de basura", pueden llevar a más puertorriqueños a las urnas y a favor de los demócratas e impulsar así a una comunidad que históricamente se caracteriza por un alto abstencionismo.
El error garrafal de Trump en los últimos días campaña podría impulsar el voto demócrata no solo a favor de la vicepresidenta Kamala Harris en estados "péndulo" como Pensilvania -con una congregación alta de puertorriqueños-, sino de escaños clave para recuperar la mayoría en el Congreso en Washington.
Trump, primer expresidente culpable de delitos graves
Otra particularidad de estos comicios, es que por primera vez en en los casi 250 años de historia de Estados Unidos un expresidente y candidato a regresar a la Casa Blanca está condenado por 34 delitos graves.
Trump fue declarado culpable de falsificar documentos para ocultar un pago a la exactriz porno Stormy Daniels a cambio de su silencio sobre una presunta relación extramatrimonial que mantuvieron. Sin embargo, aún no hay sentencia.
El juez Juan Merchan retrasó el fallo contra Donald Trump por este caso hasta después de las elecciones, lo que supone una gran victoria para el candidato republicano. Además, los juicios de los otros tres casos por los que está imputado también se celebrarán después de las elecciones, en el caso de que lleguen a celebrarse. Los estadounidenses acudirán a las urnas el 5 de noviembre sin saber si el candidato republicano puede acabar entre rejas.
¿Puede Trump estar acusado y ser presidente de Estados Unidos?
A pesar de estar de condenado, Donald Trump puede convertirse en el próximo presidente de Estados Unidos. La Constitución estadounidense no contempla que un procesado o condenado por un delito federal sea inhabilitado para aspirar a la Casa Blanca y tampoco prohíbe que desempeñe el cargo si resulta elegido presidente.
El único supuesto por el que Trump no podría ser presidente (si es elegido) es si acaba en la cárcel por el delito de insurrección.