Según los datos facilitados por el Ministerio del Interior a Efe, el operativo de seguridad para el 28A es muy similar al de las últimas elecciones generales de 2011, 2015 y 2016 y supondrá un despliegue de más 45.000 guardias civiles y casi 30.000 policías nacionales.
A ellos se sumarán 13.300 agentes de las policías locales y unos 4.300 efectivos de los cuerpos autonómicos de la Ertzaintza, Mossos d'Esquadra, Policía Foral de Navarra y la de Canarias.
Como sucedió en las últimas elecciones generales, Interior aplica un plan de seguridad especial que incrementa las medidas de prevención y las tareas de información desde el inicio de la campaña hasta la jornada de después de las elecciones.
Junto a las habituales actuaciones policiales para detectar cualquier acción que pueda perturbar la normalidad de las
elecciones, el pasado 12 de abril la Secretaría de Estado de Seguridad dio orden de reforzar el nivel 4 de alerta antiterrorista en una instrucción a las fuerzas de seguridad para "robustecer" las capacidades de inteligencia, control y seguimiento de posibles terroristas.
El plan hace hincapié en la vigilancia y protección de los actos electorales, de los medios de transporte, las infraestructuras críticas, los centros de votación, las sedes de partidos o lugares donde haya gran confluencia de ciudadanos.
También se intensificarán los controles aleatorios de vehículos y se recuerda que los agentes de servicio el domingo en los colegios deberán prestar a los presidentes de mesa el auxilio que requieran, dentro y fuera de estos centros.
Asimismo, el plan incluye entre sus objetivos el de garantizar el libre ejercicio del derecho al voto y el de proteger la confección, traslado y transmisión de los datos del proceso.
Vigilancia física y también virtual. Tras detectarse "ciertas vulnerabilidades" en las últimas citas electorales, Interior diseñó hace más de un mes un Dispositivo Extraordinario de Ciberseguridad (DEC) para el 28A con el objetivo de evitar ataques contra las infraestructuras implicadas e impedir campañas de "desinformación" que puedan alterar el resultado.