Rentería, el antes y el después de la campaña de Ciudadanos

La primera anécdota de la campaña de Ciudadanos fue el arranque. Albert Rivera no apareció físicamente en la sede, sino que lo hizo en forma de holograma desde Pedraza (Segovia), una curiosa manera de comenzar con la que quiso escenificar la importancia de que el mundo rural esté conectado.

"Ahora me quiero dirigir a todos los que estáis en Madrid. Desde Pedraza -un pueblecito de 300 habitantes, de la España vaciada-, quiero dirigirme a los que estáis en Madrid, porque nadie se puede quedar atrás. El proyecto de Ciudadanos es de igualdad, vivas donde vivas -en un pueblo o ciudad-, todos tenemos los mismos derechos y obligaciones", dijo en el inicio de la campaña.

Hubo un antes y un después en la campaña: la visita de Albert Rivera, Fernando Savater y Maite Pagazaurtundúa a Rentería (Guipuzcóa) donde fueron increpados por miles de abertzales al grito de "fascistas". Actos violentos que después Ciudadanos acabó denunciando ante la Fiscalía.

"Amo a Rentería. Las calles son los escenarios de mi infancia, los escenarios del amor de mi infancia y de la pena de haber perdido a mucha gente que quiero y que sigo queriendo por vuestra identidad excluyente y asesina", decía Pagazaurtundúa.

"No nos dejan ya entrar ni en los pueblos de España -lo vistéis en Rentería la que nos liaron. Mañana vamos a la Fiscalía a denunciarlo-. Lo que vi en ese pueblo fue odio y un Estado desaparecido de una parte de España", dijo Rivera.

Después, hubo nuevos incidentes en Vic y Torroella de Montgrí, el pueblo natal de la exconsellera catalana, Dolors Bassa, en prisión provisional por el 'procés'. Al irse de allí Inés Arrimadas, un grupo de independentistas limpió el suelo con lejía.

"Los que impiden con violencia que hagamos actos, los que nos amenazan y tenemos que ir con 100 policías para poder hacer un acto en Torroella y los que desinfectan con lejía el suelo que pisamos, no se merecen decidir el futuro de 47 millones de españoles y no podemos tolerar que coarten las libertades y la democracia de millones de catalanes", decía Arrimadas.

Una campaña en la que también hemos tenido fichajes de última hora como Ángel Garrido, expresidente de la Comunidad de Madrid, que se ha sumado al proyecto de Ignacio Aguado.

Sorpresa entre los electores y sorpresa, sobre todo, porque su antiguo jefe, Pablo Casado, se enteró por la prensa.

"Tengo la satisfacción de anunciar que el presidente Ángel Garrido se suma al equipo de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid", anunciaba Ignacio Aguadoen rueda de prensa.

Con estos antecedentes, el momento más dulce de la campaña ha sido con Rivera subiéndose en el autobús de prensa provisto de todo tipo de galletas, bollos, bombones, batidos, zumos y dulces típicos de Castilla y León.

No sabemos si le llevaría una caja aFrancisco Igea, el ganador de las primarias de esa comunidad autónoma después de denunciar irregularidades en el proceso.

Se quedó fuera Silvia Clemente, exdirigente popular y expresidenta de las Cortes de Castilla y León que, en vez de fichaje estrella, acabó siendo un fichaje estrellado.