En tiempos de pandemia, el voto por correo es una buena opción, ya que asegura poder participar en el juego democrático sin correr riesgos de contagio por coronavirus. Las elecciones madrileñas siguen el paso a sus precedentes en Galicia, País Vasco o Cataluña, en las que este tipo de votantes aumentó mucho por miedo a la COVID-19.
Correos facilitó las cifras de solicitudes de voto por correo durante las semanas previas a las elecciones del 4M y mostró que 235.696 personas optaban por este modo de voto, un 42,8% más que en los comicios de 2019. Sin embargo, no es un gran dato si se compara con las catalanas (350%), las gallegas (79%) o las vascas (140%).
Un incremento menor al esperado
Aun así, el contexto madrileño es diferente porque históricamente recoge cifras altas de voto por correo, y es por lo que el aumento parece menos. Concretamente, en 2019, 165.070 ciudadanos lo solicitaron.
Charlamos con el politólogo, Luis Sauceda, que explica que un aumento de las solicitudes del voto por correo es una buena noticia porque significa que "la participación ascenderá".
"El voto por correo no será decisivo, pero sí importante"
No obstante, añade que estos votantes posiblemente sean "personas que viven fuera y estén interesadas en participar o ciudadanos que no pueden acudir el martes porque trabajan". Por ello, descarta que beneficie concretamente a un bloque ideológico, como sí ocurrió en los comicios estadounidenses, en las que el voto por correo permitió al demócrata, Joe Biden, alcanzar la presidencia.
En este sentido, sí considera que puede contribuir a beneficiar la bloque de izquierdas, aunque "no será decisivo".
Alegaciones ante la Junta Electoral
Otros de los fenómenos vinculados con la celebración de elecciones suele ser la presentación de alegaciones ante la Junta Electoral para no formar partes de las mesas. Aquí, a pesar de encontrarnos en un contexto de pandemia, la cifra ha disminuido con respecto a 2019. En su momento fue de 13.127, mientras que este año se han recogido, por ahora, 10.594.