La AEMET anticipa un otoño más cálido y seco de lo habitual

El otoño en España, según la predicción estacional de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para septiembre, octubre y noviembre, presenta una alta probabilidad de ser más cálido y seco de lo habitual. Las estimaciones indican un 60-70% de probabilidades de que las temperaturas sean superiores a la media, y un 40-50% de que las precipitaciones sean inferiores a lo normal en gran parte del país, tomando como referencia el periodo 1991-2020.

La primera quincena de septiembre será más húmeda y fresca en la mayor parte de la Península y Canarias, según los portales meteorológicos Eltiempo.es y Meteored. El interior peninsular podría experimentar temperaturas más frías de lo habitual, mientras que el sur y el este de la península, junto con Baleares, podrían registrar temperaturas ligeramente más cálidas. En cuanto a las precipitaciones, se espera un tiempo inestable con lluvias en la Península y Canarias, con posibles anomalías positivas en el interior y el este.

Durante la segunda quincena de septiembre, podrían volver a registrarse temperaturas ligeramente superiores a la media en el sur y el este peninsular, mientras que el resto del país se mantendría en valores normales. Las precipitaciones en esta quincena se mantendrían dentro de los valores normales en todo el país.

Los expertos de Meteored predicen un otoño con temperaturas superiores a la media, con anomalías de entre 1 y 2ºC, aunque se espera que las lluvias sigan un patrón normal después de las tormentas iniciales de septiembre. Se anticipan periodos de ausencia de lluvias tras los primeros chubascos, con un patrón de calentamiento que ha sido una tendencia en los últimos años, afectando especialmente a los meses otoñales.

El otoño podría estar marcado por tormentas intensas debido a un chorro polar más ondulado y la presencia de DANAS (Depresiones Aisladas en Niveles Altos). El Mediterráneo, con temperaturas superficiales más altas de lo normal, podría generar condiciones propicias para lluvias intensas, aunque faltan desencadenantes meteorológicos, como el debilitamiento del vórtice polar otoñal, que podrían potenciar estos fenómenos y paliar la sequía en algunas regiones.