Sergio se dedica profesionalmente al vídeo y a la fotografía para empresas, pero siempre ha sido un gran aficionado a grabar fenómenos meteorológicos. El día 29 de octubre quiso probar una cámara que habían arreglado varias veces para ver si era capaz de aguantar bajo la lluvia, por lo que la colocó en la terraza de su vivienda.
Poco después, comenzaron a llegar noticias de inundaciones en pueblos aledaños y tanto él como su familia se asustaron. Bajaron a por el coche al garaje -pensaban que la riada sería como la de hace 15 años, que paró pronto y el agua bajó- y cuando salieron a la calle todo se les vino encima: el agua golpeaba el vehículo ascendiendo por el capó y comenzó su pesadilla.
Momentos de pánico mientras intentaban salvarse
Llegaron hasta una gasolinera cercana, gracias a un electricista que portaba una escalera, pudieron subirse a una caseta junto a casi 40 personas más en la que permanecieron casi seis horas hasta que finalmente bajó el agua y pudieron bajar. Durante esas seis horas rescataron gente a la que arrastraba la riada, se apoyaron y tranquilizaron los unos a los otros y vivieron momentos de gran pánico, como el de los coches golpeando las bombonas de butano de la gasolinera o el agua que no paraba de crecer.
El vídeo inédito de la tragedia
Cuatro días después, la mujer de Sergio subió a la terraza y vio la cámara. La retiró porque pensó que podía caerle un rayo y, cuando Sergio comprobó la grabación, volvió a revivir toda la pesadilla: "Se me aceleró el corazón, la respiración y se me puso la piel de gallina".
Más de cuatro minutos de un vídeo inédito de una cámara que aguantó las cuatro horas que duraba la batería disparando una fotografía cada dos segundos. En el vídeo se puede ver a la gente haciendo su vida normal, hasta que un minuto después, el agua comenzó a inundar Alfafar volviéndose cada vez más virulenta y arrastrando coches y caravanas a su paso.