La organización Greenpeace ha denunciado el calor extremo en Madrid debido a que sus cámaras termográficas han llegado a registrar temperaturas de hasta 54,8 grados en la Puerta del Sol, 63,5 grados en la Plaza Mayor y más de 65 grados en la madrileña Plaza de Callao. Ante esto, los ecologistas reclaman la "urgente adaptación" de estas plazas.
Según ha informado Greenpeace, también se han medido en zonas con vegetación o sombreadas para "evidenciar" la efectividad de la vegetación como medida esencial para proteger a la población, especialmente a la más vulnerable, y adaptar las ciudades al calor extremo.
Las cámaras térmicas empleadas por Greenpeace muestran "de forma evidente estos puntos calientes en Madrid, que son un reflejo de lo que sucede por toda la geografía española".
En los alrededores del Museo del Prado, también en Madrid, se midió una temperatura cercana a los 45 grados. A pocos metros, sin embargo, la cámara termográfica recogió temperaturas más frescas, cercanas a los 27 grados debido a los árboles y fuentes del Paseo del Prado.
La solución que ofrece Greenpeace: la vegetación
La presencia de arbolado maduro es una de las mejores medidas contra el calor extremo, según afirmó Greenpeace, ya que también documentó el calor en la Plaza Santa Ana también en Madrid, y la temperatura que se midió fue de más de 53 grados en las zonas sin árboles, mientras que, en las zonas con arboleda, la temperatura era entre 15 y 20 grados.
Igualmente, la situación en el parque infantil localizado en una zona sin árboles de la Plaza de Santa Ana la temperatura osciló entre los 67 y los 85 grados (en el suelo), lo cual constituye "un peligro para los más pequeños".
Además, la organización recordó que entre 2022 y 2023 murieron más de 8.000 personas en España a causa del calor según el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo). Asimismo, España es el país europeo donde más aumentó la tasa de mortalidad atribuible al calor extremo.
La organización señaló entre los responsables del cambio climático a petroleras como Repsol, "que disparan sus beneficios cada año sin asumir su responsabilidad como aceleradores de los eventos climatológicos extremos", dijo la entidad.
"Los récords de días de calor extremos van parejos a los beneficios de las petroleras causantes de estos fenómenos meteorológicos extremos. Es, simplemente, indecente. Estas imágenes muestran que tenemos que adaptar las ciudades urgentemente a las temperaturas extremas y pedir que las empresas causantes asuman su responsabilidad", declaró el portavoz de Greenpeace, Francisco del Pozo.
