Tras firmar en el libro de condolencias habilitado en el Saló de Cent del Ayuntamiento, Colau se ha desplazado hasta La Boqueria acompañada del teniente de alcalde Jaume Collboni para hablar con clientes y dependientes, muy afectados tras el atropello intencionado en La Rambla que causó trece muertos y más de un centenar de heridos.
El mercado, situado unos metros más arriba de donde se paró la furgoneta que causó el pánico en La Rambla, cerró sus puertas el jueves por la tarde tras el atentado terrorista y ayer tampoco pudo reabrir por un asunto de logística, ante la dificultad de que accedieran los camiones con mercancías por las restricciones de circulación en la zona.
La Boqueria, el mercado más concurrido y turístico de Barcelona, ha retomado la actividad a primera hora de la mañana con gran afluencia de visitantes, buena parte de ellos extranjeros, aunque muchos comerciantes, algunos incluso llorando, han trasladado a Colau su tristeza por lo ocurrido y el pánico que se vivió tras el atentado.
En La Rambla, justo enfrente de La Boqueria, los ciudadanos han habilitado una especie de altar improvisado en el que han depositado centenares de velas, flores, peluches y mensajes de solidaridad con las víctimas del atropello.
"La Rambla está impregnada de amor", ha declarado Alicia García, vecina de Barcelona, que ha decidido acudir a la zona como muestra de apoyo a los afectados y de rechazo a la barbarie terrorista.
"Tenemos la obligación de venir a dar nuestro apoyo a la gente", ha afirmado Maria Rosa, que ha asegurado no tener miedo tras los atentados y que "salir a la calle y hacer vida como siempre hemos hecho" es la mejor muestra de ello.
Mari Carmen, una sevillana que está de vacaciones en Barcelona, donde trabaja su hijo, no escondía su temor tras los atentados: "Todo es muy fuerte, se me cae el alma, yo podría haber sido uno de ellos", ha señalado.