El procedimiento para el nombramiento y relevo de embajadores por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores ha generado numerosas críticas en los últimos días. Las Asociaciones de Diplomáticos ha acusado a Albares de "falta de transparencia" en el reemplazo de algunos embajadores como el de Croacia, Bélgica o, más recientemente, el de Corea del Sur.
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha querido salir al paso de esos comentarios esgrimiendo que se busca siempre elegir a los mejores para el puesto y subrayando que a quienes se cesa "no se quedan en la calle".
En un desayuno informativo organizado por Europa Press, Albares ha recordado que el nombramiento de embajadores es "potestad del Consejo de Ministros". "Intentamos encontrar siempre a las mejores personas para una misión determinada", ha precisado, asegurando que en estos nombramientos "por supuesto hacemos abstracción completamente de sus ideas políticas".
En este sentido, ha recordado que el que fuera ministro de Exteriores con Mariano Rajoy, Alfonso Dastis, es embajador actualmente en Hungría y el que fuera jefe de gabinete del presidente 'popular', Jorge Moragas, es embajador en Tanzania.
"Nosotros buscamos a los mejores en cada momento para una misión", ha insistido, si bien ha reconocido que sí que hace "un esfuerzo muy concreto" en "situar a mujeres en todos los niveles de decisión" puesto que había "un déficit muy grande en la Carrera Diplomática".
El ministro de Exteriores se ha pronunciado así después de la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), la mayoritaria entre los diplomáticos, le enviara una carta el jueves pasado reclamando "criterios objetivos" y más transparencia en la designación de embajadores, al entender que en los últimos años no estaba siendo así y ante el malestar entre los miembros de la Carrera.
"No hay plazos para permanecer en el puesto"
Ser embajador, ha subrayado, "es uno de los puestos" a los que puede optar un diplomático ni "no hay unos plazos máximos ni mínimos" para permanecer en dicho puesto. "Lo que se intenta en todo momento es situar a la mejor persona en un país en un contexto determinado para una misión determinada", ha argumentado.
"Cuando esa misión o ese contexto cambia, se analiza si es mejor que acuda una persona u otra", ha agregado, después de que en los últimos días se haya conocido el cese previsto de embajadores que no llevaban ni tres años en el cargo cuando por regla general se suele estar hasta cuatro años, como los de Croacia y Bélgica.
En este punto, Albares ha puesto de relieve que los diplomáticos solo son uno de cada cinco de las alrededor de 5.500 personas que trabajan en el Servicio Exterior, ya que el resto lo integran funcionarios de otros órganos del Estado o contratados laborales. Aunque los embajadores son quienes se llevan "el brillo y la gloria", este personal "realiza una extraordinaria misión", ha destacado.
Además, ha querido poner de relieve que donde más diplomáticos hay trabajando es en la sede central del Ministerio, los cuales trabajan "en condiciones que no son tan agradables como en el exterior" y "con un sueldo sensiblemente inferior al que ganan los embajadores". Por eso, ha aprovechado para "rendir un homenaje a todos ellos". "También ellos tienen derecho a ser embajadores", ha esgrimido.
Igualmente, ha querido dejar claro que el embajador que deja de serlo "no se va a la calle como si esto fuera una empresa privada". "Viene a la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores y pasa a ser un colaborador mío en algo que es realmente importante que es el diseño de la política exterior", ha subrayado.
Reforzar la presencia diplomática
En medio de las críticas, Albares ha anunciado que reforzará el despliegue diplomático en el mundo "para garantizar que es acorde al peso de España". El ministro ha hecho hincapié en que España tiene que aumentar su presencia diplomática "de manera global y sistemática".
Así, considera que España debe estar presente en todos los países de África Occidental y que hay que reforzar Oriente Medio y también Asia, "una asignatura pendiente", ha admitido.