Madrid | (Publicado 12.06.2019 14:41 )
El juicio ha transcurrido -por otra parte- como todos, que es la otra característica dominante, la de la normalidad frente a la excepcionalidad pretendida. Normalidad procesal; todos han hecho su trabajo, incluida la policía a la que debemos la ausencia de incidentes en cuatro meses de convivencia de sensibilidades que podía preocupar – ni un titular al respecto-. Y toda la vista ha llevado el sello particularísimo de Manuel Marchena, el presidente, con un dominio magistral del reparto de palos y zanahorias.
Y con la aportación también del resto del tribunal porque todas las decisiones aquí han sido colegiadas y hay mucha altura y mucho prestigio en estos siete jueces del Tribunal supremo. Un juicio que queda para la historia, queda para las universidades y queda -gracias al streaming- para los hitos de las transmisiones en directo y la televisión.
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