Borrell ha hecho estas declaraciones a preguntas de los periodistas antes de participar en un diálogo con el ex primer ministro de Francia, Manuel Valls, en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, bajo el título "Anatomía del procés. Claves de la mayor crisis política española".
"Es una medida consecuente con la normativa en vigor y, si puede contribuir a distender la situación y a favorecer el diálogo, pues bendita sea", ha asegurado Borrell.
El ministro ha destacado que la tendencia de la oposición, que ve en este acercamiento un "pago" a los independentistas por su voto a favor en la moción de censura contra el expresidente Mariano Rajoy, es de "buscarle las vueltas y los peros a las cosas", pero ha recalcado que el actual Gobierno "no tiene hipotecas".
En su opinión, el Ejecutivo de Pedro Sánchez "no le debe nada a nadie" y ha llegado al poder a través de los procesos constitucionales, ya que "quien votó contra Rajoy" lo hizo "porque quiso".
"Este Gobierno no tiene letras que pagar, pero sí reglamentos que aplicar y, si hay un reglamento que permite una determinada medida y la administración penitenciaria cree que es oportuno aplicarla, pues lo hace, y eso no implica que se esté pagando nada a nadie, ni retribuyendo nada a nadie", ha insistido.
En este sentido, ha recordado que la Generalitat tiene, entre otras, la competencia de la administración penitenciaria y ha mostrado su convencimiento de que la ejercerá "de acuerdo" con la ley y con los reglamentos.
Tras la pregunta de los periodistas sobre cómo puede influir en el referéndum "un diálogo sin cortapisas" con Cataluña, al que hoy se ha referido la vicepresidenta, Carmen Calvo, ha señalado que el presidente del Govern, Quim Torra, podrá hablar de "lo que quiera" al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, cuando mantengan una reunión.
"No le podemos poner cortapisas o prohibir que hable de lo que él quiera hablar", ha aclarado.
Sobre el nombramiento de la exconsellera de la Generalitat Meritxell Serret como delegada de la Generalitat en Bruselas, ha preferido no pronunciarse al no representar a las instituciones europeas y se ha limitado a afirmar que desde Bruselas "sabrán lo que tienen que hacer".