Hace tiempo saltaron por los aires todos los parámetros habituales entre partidos políticos y normas protocolarias, democráticas, valores en los dirigentes y formaciones parlamentarias. El principio de contrariedad dejó de existir. Ahora cualquier miembro del Gobierno, dirigente de un partido o diputado puede decir una cosa y al día siguiente completamente la contraria y da exactamente igual. Casi ni se reprocha. Es más, aunque hagas y digas exactamente lo contario a lo que decías y hacías el día anterior, tú discurso será de fidelidad y coherencia a tus principios de siempre. Y lo argumentarás. Y te convencerás. Y lo que venga por delante da igual, ya habrá tiempo para cambiar de opinión. El último ejemplo lo tenemos en la decisión del PSOE sobre su relación y pactos con el independentismo. Y el sometimiento a la militancia de algo aunque no se desvele su contenido.
Lo ha desvelado el propio Pedro Sánchez desde Bruselas en la víspera de la celebración del Comité Federal del PSOE. Se preguntará a la militancia "si también avala el que logremos acuerdos parlamentarios que nos permitan alcanzar una mayoría para la investidura", señalaba Sánchez tras la reunión del Consejo europeo. Será una consulta preventiva al militancia. Un aval a ciegas para que los militantes socialistas apoyen a Sánchez sobre unos pactos y acuerdos con sus socios independentistas, aunque no conozcan el contenido de esos acuerdos.
Una consulta sin conocer las condiciones exactas
El líder socialista ha señalado que en 2019 ya se estableció que la consulta versaría únicamente sobre si la militancia respalda el acuerdo con los partidos que van a formar parte del Consejo de Ministros, pero no así los pactos con el resto de formaciones políticas de la mayoría parlamentaria. Sin embargo, Sánchez ha explicado que esta vez se incluirá una pregunta para saber si la militancia “avala” esos acuerdos parlamentarios, sin mencionar la amnistía que reclaman Junts y ERC. Con el respaldo de la militancia a la negociación a ciegas, sin conocer las condiciones exactas, aunque sabiendo que el líder socialista ya ha admitido que se está negociando la amnistía, Sánchez podrá argumentar que los militantes bendicen los acuerdos necesarios para obtener la mayoría.
Durante su comparecencia en Bruselas, Sánchez sigue sin explicar su posición sobre la amnistía ni tampoco sobre otras exigencias del independentismo como reconocer la nación catalana, establecer un mediador o devolver el supuesto déficit fiscal del Estado con Cataluña.
En este sentido ha reiterado su máxima de que no habrá acuerdo hasta que todo esté acordado y ha insistido en que todo quedará explicado "con luz y taquígrafos" cuando tengan un pacto. Además ha vuelto a señalar que las medidas que adopten irán "en coherencia" con las que han tomado en los últimos años.