Han pasado más de 10 horas desde que empezara el tiroteo en Dallas que se ha saldado con el asesinato de cinco policías y con nueve heridos más, seis de ellos agentes. Tres personas continúan siendo interrogadas para establecer su relación con la matanza y una cuarta, que estuvo atrincherada durante horas y afirmó haber escondido explosivos por la ciudad, fue "neutralizada".
Según la primera inspección policial, se descarta la posibilidad de varias bombas repartidas por la ciudad de Dallas. Los agentes antiexplosivos han pasado toda la noche buscando bombas de fabricación casera en el centro de la ciudad y también en el garaje donde uno de los francotiradores se atrincheró y disparó a los policías.
Se han difundido imágenes de un individuo en las que se le ve disparando desde la calle escondiéndose entre las columnas del edificio y, en un momento, disparando por la espalda a un agente del orden para después rematarle en el suelo.
La policía ha detenido ya a tres personas, mientras que otro de los participantes en la matanza está muerto, al parecer falleció por la explosión de un artefacto mientras lo estaba manipulando. Las autoridades han identificado al principal sospechoso de la matanza como Micah X. Johnson, de 25 años, según han informado varios medios.
Los cuerpos de seguridad no saben si los tres detenidos están relacionados con el ataque y tampoco saben cuáles fueron las intenciones de esta emboscada, perfectamente organizada y que podría estar vinculada con la protesta de la población negra de Dallas por la muerte de afroamericanos a manos de la policía esta semana. Sin embargo, esta conexión no es segura porque los sospechosos no están cooperando y guardan silencio.
Las protestas tienen lugar tras conocerse las muertes de Alton Sterling y Philando Castile, dos afroamericanos, que fueron abatidos por agentes de la Policía. Estos incidentes han provocado nuevas manifestaciones en todo el país contra la actuación de las autoridades hacia los miembros de minorías.
Incidentes similares en 2015 provocaron una oleada de protestas a lo largo de todo el país bajo el lema 'Las vidas de los negros importan'.
Durante todo el día se han sucedido las muestras de apoyo al pueblo norteamericano y de condena por la horrible masacre. El presidente de EEUU, Barack Obama, desde Varsovia ha calificado el ataque de "atroz" y ha afirmado que se "hará justicia".
El Rey Felipe VI, a través de un comunicado, ha condenado el ataque y ha enviado sus condolencias a Barack Obama, así como a los familiares de las víctimas. La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, también ha mostrado su apoyo durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Respecto a la visita a España que Barack Obama tenía planeada para este fin de semana, el mandatario estadounidense ha decidido mantenerla, y así se lo ha hecho saber al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.