Ha pasado un mes del paso de la devastadora DANA por la Comunidad Valenciana, y las críticas y reproches entre el Gobierno central y la Generalitat Valenciana no han cesado. Los errores en la gestión de la emergencia, las contradicciones en los relatos y las decisiones tardías han servido de armas arrojadizas entre dos frentes que en rara ocasión han tendido puentes en común, o han trabajado de la mano para dejar de lado sus diferencias y centrarse en que los afectados puedan volver cuanto antes a una normalidad, que todavía está lejana para muchos de ellos.
El enfrentamiento entre Gobierno y Generalitat
Desde el primer momento, cada bando eligió su relato. Desde el Ejecutivo central, que era la Comunidad Valenciana la que debió pedir ayuda a la Administración central minetras que desde la Generalitat, se reprochaba que Sánchez no declarara la emergencia nacional.
El presidente del Gobierno ha defendido en el Congreso la actuación de los organismos estatales como AEMET y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), subrayando que emitieron avisos con días de antelación y proporcionaron información precisa y constante. Sánchez, sin mencionar directamente a Carlos Mazón, afirmó que algunas figuras “no estuvieron a la altura” y que los fallos provinieron de la gestión autonómica, ya que en situaciones de nivel 2 el mando recae en las comunidades autónomas.
Por su parte, Mazón ha esgrimido estas semanas que la información proporcionada por los organismos estatales fue insuficiente y tardía, y calificó de “sorprendente” que el Gobierno central no haya asumido errores en su gestión. Todo ello en un ambiente muy caldeado con insultos e incidentes en las visitas a las zonas afectadas. Especialmente, en aquella mañana de domingo en Paiporta que terminó con Sánchez retirado por su seguridad, los reyes manchados de barro tratando de calmar a los vecinos y Mazón aguantando como podía junto a Felipe VI.
La famosa comida de Mazón con Maribel Vilaplana
Uno de los episodios que más controversia ha generado es el almuerzo entre Mazón y la periodista Maribel Vilaplana el día de la catástrofe. Según fuentes de Vilaplana, la comida terminó a las 17:45 horas, dejando un vacío de tiempo significativo hasta que Mazón se incorporó al CECOPI, más allá de las 19:00 horas.
Durante la comida, Mazón ofreció a Vilaplana la dirección del canal autonómico À Punt, en un encuentro en el que no mostró indicios de preocupación por la emergencia en curso. La periodista regresó a casa sin ser consciente de la magnitud del desastre que ya estaba afectando gravemente a los municipios valencianos.
Este retraso en la incorporación de Mazón al centro de coordinación ha sido duramente criticado, especialmente porque en ese momento la situación meteorológica ya era crítica y se debatía el posible colapso de la presa de Forata. La falta de explicaciones del presidente sobre sus actividades esa tarde ha sido duramente criticada por la oposición y el conjunto de la sociedad.
La falta de atención al barranco del Poyo y la alerta tardía
Otro de los grandes errores señalados fue la descoordinación en la gestión de los riesgos. Mientras el foco estaba en la presa de Forata, el barranco del Poyo creció de manera incontrolable, arrasando localidades como Paiporta y Aldaia. Según la Generalitat, no hubo alertas específicas sobre el Poyo por parte de la CHJ, aunque este organismo aseguró haber comunicado el incremento de caudales de manera generalizada.
Además, la activación de la alerta masiva Es-Alert se retrasó hasta las 20:11 horas, cuando muchas zonas ya estaban inundadas. La consellera de Interior, Salomé Pradas, admitió desconocer la existencia de este sistema hasta minutos antes de su activación. Posteriormente, fue una de las consejeras cesadas por Mazón junto a Nuria Montes.
Un futuro incierto
Un mes después, las zonas afectadas siguen luchando por recuperarse, mientras los ciudadanos exigen transparencia y una revisión profunda de los protocolos para evitar que tragedias como esta se repitan. Las víctimas aún esperan que las promesas de reconstrucción se traduzcan en acciones concretas y efectivas.
La cifra de víctimas mortales registradas a causa de la dana y las inundaciones posteriores se mantiene este jueves en 222, y tampoco varía el número de desaparecidos, que sigue en 4.