La mitad de ellos, seis personas, han sido detenidos en Madrid. Se trata de una red de ciudadanos argentinos y españoles que contaban con una serie de intermediarios marroquíes para traer a Europa a ciudadanos de esa nacionalidad.
Cuando tenían los documentos falsificados en su mano, venían tranquilamente a España, ya fuera por la frontera de Ceuta y Melilla, o vía aérea en vuelo directo.
El documento que más falsificaban era la tarjeta de Residencia Familiar Comunitaria, pero también pasaportes italianos, argentinos y marroquíes, cartas de identidad francesas o italianas, visados estadounidenses o tarjetas de residencia españolas, de régimen general y comunitario.
Cobraban 5.000 euros por pasaporte, 1.500 por permisos de conducir y unos 800 por los de residencia.
Además, algunos de sus documentos se han utilizado también para abrir empresas, cuentas bancarias o para solicitar créditos y, según ha comprobado la Policía, para que alguno hiciera el examen de otra persona.