El equipo de investigación de la Comisión para la Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (CITAAM) baraja como principal hipótesis del accidente el desvanecimiento del piloto, el capitán del Ejército del Aire Borja Aybar, de 34 años y natural de Puertollano (Ciudad Real).
También manejan otras dos hipótesis, pero menos probables: un fallo total del avión y que el caza se viera afectado por una turbulencia inesperada durante una maniobra que le hizo perder el control cuando iniciaba la aproximación para aterrizar.
La CITAAM continúa sus trabajos de investigación sobre el terreno, hablando con testigos y analizando comunicaciones y piezas de los restos del avión para esclarecer las causas del accidente que acabó con la vida de Borja Aybar, un experimentado piloto con 1.238 horas de vuelo acumuladas, la mayoría a los mandos de cazas de combate.
El accidente se produjo cuando los cuatro cazas que regresaban a su base de Los Llanos tras participar en el desfile en Madrid realizaron lo que se denomina "una maniobra de ruptura en abanico: dos cazas ascienden y los otros dos cazas se abren hacia los lados".
Esta maniobra es un ejercicio normal y previsto en este tipo de formaciones, que tienen la orden de llegar hasta el mismo punto de aterrizaje de forma conjunta, según aclaran fuentes del Ejército del Aire.
Ese día había buenas condiciones meteorológicas, el terreno era sobradamente conocido por los pilotos y tampoco consta que el fallecido informara de ningún problema durante el vuelo ni que intentase eyectarse en paracaídas.
Por su parte, los familiares del piloto, que le esperaban en la base aérea, manifestaron el día del accidente que no saltó del aparato, probablemente, para evitar una desgracia mayor, ya que el caza podría haberse dirigido hacia una zona con casas o población.