El expresidente de Cataluña Carles Puigdemont apareció este jueves en Barcelona tras siete años fugado de la Justicia y se subió a un escenario en el Arco del Triunfo de la ciudad para reivindicar la "autodeterminación" de esta comunidad autónoma ante cientos de simpatizantes independentistas. Además, se mostró confiado en que habrá "nuevas oportunidades" para declarar la independencia, como ya hizo de forma unilateral en 2017 antes de huir del país.
Su partido, Junts, organizó una recepción institucional al expresidente catalán en el paseo de Lluís Companys a las 9.00 horas. Se sumaron a este acto partidos como ERC y la CUP y organizaciones independentistas como Òmnium Cultural, Asamblea Nacional Catalana (ANC) y la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI).
Puigdemont entró al Arco del Triunfo, donde había preparado un escenario, por la calle Trafalgar antes de las 9.00 horas y lo hizo junto a diferentes miembros de Junts, entre los que se encontraban Laura Borràs y Josep Rull. Acompañado por mucha seguridad, subió directo al atril desde el que ofreció un discurso breve a todos los asistentes.
Entre gritos de "presidente", Puigdemont protagonizó su primer en tierras catalanas tras casi siete años fuera de este territorio. "Muy buenos días, bienvenidos compatriotas. Hace siete años que nos persiguen por querer escuchar la voz del pueblo de Cataluña", fueron sus primeras palabras.
Señaló que hace siete años "iniciaron una durísima represión que nos ha llevado a la cárcel, al exilio, que ha afectado a miles y miles de personas por el hecho de ser independentistas" y "han convertido ser catalán en una cosa sospecha". En estos siete año, dijo, "la represión ha hecho muchos estragos".
En este sentido, avisó de que los continuará haciendo "mientras no se pare la politización de la justicia, mientras cuatro jueces mandan más que un Parlament, mientras se permita al PP controlar la sala segunda del Tribunal Supremo por la puerta de atrás" y mientras "se permita que Vox ejerza de acusación particular para perseguir disidentes políticos".
Pese a "sus esfuerzos", "pese a que nos han querido hacer mucho daño", "hoy he venido aquí para recordarles que aún estamos aquí porque no tenemos derecho a renunciar", porque "el derecho a la autodeterminación pertenece a los pueblos" y "nadie desde la política tiene derecho a renunciar al derecho del pueblo de Cataluña a decidir libremente su futuro".
Asimismo, comentó que la ley de amnistía tenía que servir para devolver a la política "lo que no tendría que haber salido nunca", pero "a unos cuantos señores del Supremo esto no les gusta ni les conviene". "En un país donde las leyes de amnistía no amnistían, no nos interesa estar", aseguró el expresidente catalán.
Vienen días "difíciles" en los que "tenemos que darnos apoyo como nunca" y "tenemos que saber preparar nuevas oportunidades" porque "las tendremos y las ganaremos". "No sé cuándo nos volveremos a ver, pero paso lo que pase, cuando nos volvamos a ver, espero que podamos volver a gritar juntos, bien fuertes, lo que ya dije en mi discurso. Viva Cataluña libre", concluyó.
Miles de personas congregadas en Barcelona
Antes de las 8.00 horas ya se encontraban congregadas en el citado parque miles de personas con banderas de Cataluña, banderas independentistas, pancartas con la cara de Puigdemont e incluso una persona mostraba una pancarta en la que podía leerse en catalán la frase 'el pacto de la vergüenza'.
El objetivo de este acto era mostrar una imagen de unidad del independentismo entorno a la figura de Puigdemont. Esta recepción institucional hizo que los Mossos d'Esquadra tuvieran que desplegar desde las 6.00 horas un dispositivo policial para blindar el Parlament catalán ante cualquier posible incidente.
Cuando Puigdemont terminó su discurso, que duró menos de 10 minutos, bajó del escenario y comenzó una marcha hacia el Parlament catalán rodeado por un cordón humano que le acompañaba. Junto a él se encontraba el expresidente Artur Mas y miembros de Junts como el propio Rull, Josep Rius, y Albert Batet, entre otros.
Los ciudadanos congregados en el Arco del Triunfo acompañaron también a Puigdemont hasta el único acceso al Parlament que dejó la policía abierta. Allí se congregaron diferentes miembros de Vox, Revuelta y S'Ha Acabt para intentar recibir al expresidente catalán "como se merece" y protestar ante su regreso. Los dirigentes de Junts entraron al recinto pero Puigdemont no les acompañó tras desaparecer de la vista de los allí presentes.